Fue en el año 73, cuando la familia que vivía y trabajaba en una pequeña masía del Maestrat decidió abrir un restaurante junto a la carretera. Esa familia era la de Miguel, el pueblo fue La Vall d’Alba y el restaurante se llamaba El Paraíso. Por allí pasaban viajantes, gente de la comarca y muchos domingueros. El joven Miguel ayudaba a sus padres en jornadas maratonianas y semanas sin descanso, haciéndose mayor rodeado de cacerolas y sartenes.
Se convirtió en cocinero después de seguir el consejo de su madre y estudiar magisterio en Castellón. Era feliz cocinando y no le importaba la esclavitud que suponía trabajar en la cocina de un restaurante. Los años pasaron y llegó Ángela Ribés, su mujer, que no dudó en sumarse a la familia Barrera arrimando el hombro en El Paraíso.
Irremediablemente llegó el cansancio, siempre los mismos platos y los mismos clientes. En el año 2004, Ángela y él sintieron que querían hacer algo más, subir un escalón y ofrecer a sus clientes la misma cocina tradicional pero con una visión más personal. Gastaron todos sus ahorros y construyeron un nuevo restaurante cimentado en el que sus padres habían creado hacía ya más de 30 años. Después de los primeros momentos de gloria llegó la crisis, las dudas y los miedos, pero en noviembre de 2013 el señor de la Michelin se fijó en Cal Paradís y ungió su cocina con una estrella.El chef Miguel Barrera después de reinventar el restaurante de sus padres lo había conseguido.
Gracias a disfrutar de la gastronomía en Cal Paradis, que retiene su estrella Michelin. El restaurante de Vall d’Alba renueva el distintivo en la edición 2016 de la prestigiosa guía Michelin España & Portugal.que, por tercer año consecutivo, le reconocen la calidad y maestría del chef castellonense y su equipo al frente del espacio gastronómico de referencia en la provincia en el que se ha convertido Cal Paradís.
El cocinero Miguel Barrera cuenta con una amplia actividad culinaria. Además de seguir cocinando en el Cal Paradís de Vall d´Alba, e participa en las jornadas gastronómicas y muestra sus platos estrella de su restaurante, galardonado con una estrella Michelín, que ha conseguido satisfacer a los paladares más exigentes.
Miguel Barrera trabaja ahora además en Liverpoool, donde inauguró su primer restaurante en el exterior, el Gracias Spanish Cuisine by Miguel Barrera, a la espera de abrir su próximo proyecto, el nuevo restaurante del hotel NH Mindoro de la capital, previsto para el mes de enero.
“Es un reconocimiento muy importante para la cocina de Castellón, y fruto del trabajo de un gran equipo en Cal Paradís, pues reconoce una cocina que se cuida al máximo, con productos cien por cien de la provincia, en una combinación de mar y montaña, que igual toma un exquisito pescado que una trufa espectacular, y que ha traspasado las fronteras”. “Tener una estrella Michelin es un lujo”, admitió.
Desde que le otorgarán el galardón, en noviembre del 2013, “ha habido un antes y un después en el restaurante, con un desborde inicial lleno de curiosidad marcado por una cocina muy tradicional, que apuesta sobre todo por los productos de temporada”, explicó desde Liverpool el chef a Mediterráneo. En Castellón, su esposa, Ángela Ribes, y sus hijos, Andrea y Cristian, seguían por internet el desarrollo de la gala, en la que volvieron a tener protagonismo los Arzak, Roca, Berasategui y Muñoz, con el máximo reconocimiento.