La paella, ese emblemático plato valenciano, es mucho más que un simple arroz con ingredientes variados; es una experiencia culinaria que trasciende el sabor para convertirse en un acto de comunión y tradición. En Valencia, comer directamente de la paella es un gesto de cordialidad y hospitalidad, compartido entre amigos y familia, especialmente cuando la cantidad de arroz sobrepasa la expectativa. Pero, ¿sabías que hay un conjunto de normas no escritas, aceptadas por todos los valencianos, cuando se trata de servir y degustar una paella? Aquí te presentamos un compendio esencial para que, al sentarte frente a esa paella, lo hagas con conocimiento y respeto por la tradición.
La paella, un plato colectivo:
- Para los valencianos, la paella se debe comer directamente del caldero,
- Preferentemente con una cuchara plana, aunque la cuchara de madera ha sido tradicional. Comer con tenedor está mal visto.
Servicio y hospitalidad:
- Los niños o invitados no familiarizados con esta costumbre deben ser servidos en plato para su comodidad.
- El reparto de la comida se hace desde el centro de la paella, asegurando que cada comensal tenga acceso equitativo al manjar.
Normas de convivencia en la paella:
- La distribución del arroz: Imagina la paella como una caja de quesitos, donde cada comensal come de su «porción», manteniendo un límite respetuoso con los demás.
- Equilibrio en la distribución: Los comensales deben estar equidistantes alrededor de la paella, evitando agrupar a los de mayor apetito juntos.
- El uso del limón: Aunque tradicionalmente se utilizaba para desengrasar los dedos, hoy en día se acepta su uso con moderación, siempre y cuando no incomode a los demás comensales. , aunque igual el cocinero tuerce un poco el morro ya que suele estar reservado a las paellas que no salen muy buenas
- La cresta para la mas guapa: A las paellas de antes se les ponía la cresta del pollo como complemento y los comensales decidían quien era la chica merecedora de ese premio, que solía ser la más guapa
Respeto y protocolo:
- El inicio de la comida se señala con una proclamación, típicamente del anfitrión, anunciando que es hora de empezar a disfrutar del plato.
- Es de muy mal gusto girar la paella para acceder a otros puntos donde aún quede arroz. El único que podía hacer eso era Joan Monleón.
- Los tropezones, verduras y trozos de carne que no apetecen al comensal, se pueden depositar delicadamente en el centro de la paella para que lo disfrute otro.
- Si un trozo de carne sale de la paella no puede volver a la misma, bajo ningún concepto, mucho menos en forma de huesos.
- Si la paella baila por falta de estabilidad, y algún voluntario se ofrece a sostener el asa para evitar que se mueva. Se mantendrá su copa siempre llena de bebida.
- El elogio al cocinero es fundamental y debe hacerse de forma continua, reconociendo el esfuerzo y la maestría detrás de la paella. Algunas frases de uso frecuente son: “Cada gra d’arròs val vint duros” , “T’ha eixit ben senceret l’arròs” , “Cague en la mare que et va parir, això està rebó”
- Cuando la cuchara toque el fondo metal y aparece el anhelado “Socarraet”, hay que mantener la calma y repartir el oro negro de forma equitativa para no acabar “com el ball Torrent”.
Las reglas de oro:
- La invasión del espacio: Si alguien invade el espacio de otro, se le advertirá educadamente. Una reincidencia puede ser recibida con un reproche más severo, aunque en tono de camaradería. acompañado del monosílabo “Xé!” seguido de “fes el favor”. Si reincide en su comportamiento transgresor, podría ser amonestado con mayor intensidad bajo los siguientes términos. “Eres poc fill de puta” ( Eres un poco malandrín). Aunque pueda parecer una afrenta, en Valencià es sinónimo de trato cordial y camaradería.
- Retirada: Un comensal señala que ha terminado cuando coloca su cuchara en el borde del caldero o declara su saciedad, permitiendo a otros expandir su territorio culinario. Normalmente con un: “Estic fart, ja no puc més!” . En ese momento su espacio puede ser ocupado por sus inmediatos vecinos.
- Final: La comida finaliza cuando los comensales se retiran o ya no queda nada en el caldero, señal indiscutible de que la paella estaba buena.
Ensalada y complementos: La ensalada valenciana es el acompañante ideal de la paella, y su «protocolo de ataque» es similar al del plato principal. Como postre, se recomienda fruta de temporada.
La paella, un plato diurno: Aunque los turistas puedan considerarlo ideal para la cena, la tradición dicta que la paella se disfruta al mediodía. Las excepciones a esta regla son raras y reservadas para ocasiones muy especiales.
Comer de la paella es adentrarse en una rica tradición valenciana, llena de costumbres y protocolos que reflejan el carácter acogedor y comunitario de sus gentes. Ya sea que te encuentres participando en este ritual por primera vez o seas un comensal experimentado, recordar estas normas no escritas garantizará una experiencia auténtica y respetuosa. ¡Bon profit!