Jose Cuñat | Acuerdo de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés) Un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos que pretende equiparar las normativas a ambos lados del océano.
Aunque mas bien parece un caballo de Troya, es el nuevo caballo de troya, por el secretiso y al parecer la ocultación de una pérdida de derechos sin precedentes. . La Comisión Europea, el Gobierno Estadounidense y las grandes empresas están vendiéndonos el acuerdo como el antídoto definitivo contra la crisis.
El TTIPleaks ha destapado lo que millones de ciudadanos europeos temían y muchas organizaciones como Greenpeace denunciában: con este nuevo tratado de comercio se quieren anteponer los beneficios de las grandes empresas a los intereses de la ciudadanía.
Según esta organización en medio del secretismo en el que se han manejado las negociaciones, Greenpeace Holanda ha logrado hacer públicos estos documentos para mostrar cómo la Unión Europea está dispuesta a abandonar muchos de los avances logrados en materia de protección de los consumidores y del medio ambiente.
El gobierno de Estados Unidos quería haber aprobado ya estos acuerdos, pero en Europa cada vez existe mayor oposición entre la ciudadanía y hemos logrado que algunos grupos políticos se hayan posicionado en contra. Ayúdanos a presionarles para lograr un rechazo masivo que detenga estas negociaciones. Todavía estamos a tiempo de frenar su aprobación.
Entre otros retrocesos, se igualan a la baja los estándares con Estados Unidos, lo que permitiría la introducción de alimentos transgénicos o carne hormonada; se cede poder a las grandes corporaciones, que han formado parte de todo el proceso negociador; se renuncia al “principio de precaución” y se limita la capacidad de los estados de tomar medidas preventivas en relación con la toxicidad de sustancias químicas como por ejemplo los disruptores endocrinos.
Lo cierto es que para acceder a la ‘reading room’ está completamente restringido: sólo pueden acceder parlamentarios solicitándolo con 72 horas de antelación y especificando los puntos que se quieren consultar durante un tiempo determinado. Es obligatorio, además, firmar un documento de confidencialidad que incluye “la prohibición de cualquier extracción de documentos de la sala de lectura, fotografía/escaneado, copia o divulgación de los mismos”.
La llamada ‘reading room’ que se encuentra en el Ministerio de Economía y Competitividad, una sala donde se pueden consultar partes del texto del acuerdo de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés). En las negociaciones del TTIP hay un déficit de información y de transparencia. Se está hurtando al debate público información fundamental visto que es un tratado que afectaría a nuestros derechos sociales, laborales y medioambientales. Las severas restricciones para la consulta del texto de dicho acuerdo en la ‘reading room’ son una prueba de ello.
En este aspecto el pasado domingo se emitió el especial ‘Objetivo TTIP’, dedicado al tratado de libre comercio entre Europa y EEUU. El programa que presenta Ana Pastor explicaba con distintos testimonios qué es y cómo nos podría afectar si se aprueba. Hasta hace poco, el TTIP había ocupado poco o ningún espacio en los medios de comunicación tradicionales. Ahora, gracias al trabajo constante de muchas organizaciones que forman parte de la Campaña No al TTIP y, reciéntemente con el empujón de las filtraciones reveladas por Greenpeace Holanda, ha pasado a estar en el prime time televisivo y en las páginas de los principales diarios. Y al mismo tiempo, a generar un rechazo cada vez mayor entre la población. Porque cuanto más conocemos del TTIP, menos queremos que se apruebe.
El TTIP no va a afectar solo al comercio, sino a nuestras vidas. A nuestro medio ambiente, a nuestros trabajos o a lo que comemos. El TTIP condicionará nuestros derechos como consumidores, influirá sobre las sustancias tóxicas a las que estaremos expuestos o establecerá que las multinacionales puedan quedar por encima de los tribunales ordinarios. Todo eso es lo que nos jugamos si se aprueba el TTIP. Y también el CETA, un acuerdo similar con Canadá que se podría aprobar en la segunda mitad de este mismo año.
El programa El Objetivo recogía las distintas visiones respecto al polémico tratado, dejando claras las posturas de unos y otros, con la CEOE y grandes bancos como el BBVA a favor, y asociaciones y representantes agrícolas advirtiendo de sus riesgos. Podéis leer algunas de las explicaciones de sus protagonistas según Greenpeace.
Ganadería, agricultura y regulación
– «No sale todo el mundo ganando. Pero hay que ver la globalidad. El sector (ganadero) es más sensible, no solo en España sino en la Unión Europea, porque no hay duda de que el sector ganadero americano es más competitivo». Ignacio García Bercero – Negociador jefe de la UE para el TTIP.
Transgénicos, hormonas y seguridad alimentaria
– «Producir en base a transgénicos, a clembuterol, a hormonas de crecimiento, prohibidos en Europa, reduce los costes. Producir con calidad y seguridad alimentaria nos supone mayores costes a los agricultores y agricultoras de la Unión Europea». Miguel Blanco – Secretario General de COAG.
Alimentación
– «El TTIP va a cambiar los principios de seguridad alimentaria. No en lo que se ve, pero sí en lo invisible. Afectará mucho a las frutas y verduras porque en los campos estadounidenses se utilizan un montón de pesticidas no aprobados en Europa». Ramón Soria – Investigador de mercado y experto en alimentación.
Transparencia, lobbies y beneficiarios
– «No es posible que un parlamentario tenga que enterarse a través de filtraciones o que tengamos que acceder a salas de lectura cerradas. ¿Nosotros después qué le explicamos a la ciudadanía que nos ha votado?». Ernest Urtaun – Eurodiputado Grupo Los Verdes.
– «La multinacional tiene poco que ganar con este acuerdo. Solo puede perder aquel sector que no se prepare para una competencia un poco más intensa». J. Manuel González Páramo – Consejero Ejecutivo de BBVA
– «Las Pyme serían las grandes beneficiarias de este tratado. España tiene más Pymes, por tanto sería más beneficiada». José Luis Feito – Presiente de la Comisión de Política Económica y Financiera de la CEOE.
– «No hay datos para justificar un tratado tan ambicioso en base al crecimiento económico. Solo tenemos un precedente, que es el tratado que firmó Estados Unidos con Canadá y México y vimos cómo la entrada del maiz americano supuso la pérdida de un millón y medio de empleos». Ekaitz Cancela – periodista experto en el TTIP.
El peligro no viene únicamente de las actuales negociaciones sobre el TTIP. Este mismo año, podría aprobarse otro acuerdo similar con Canadá, el CETA, que también se ha negociado en secreto y contiene aspectos igualmente preocupantes. Si estas negociaciones siguen adelante, podemos ver amenazados importantísimos avances logrados por la ciudadanía.