Aunque a primera vista parezca uno de los platos más sencillos y rápidos de preparar, conseguir el punto perfecto de la pasta tiene su truco.
Si quieres disfrutar de un plato de pasta con el sabor y la textura de los mejores restaurantes de Roma ya no es necesario viajar hasta Italia. A continuación te damos una serie de trucos y consejos para que tu pasta esté al nivel de toda una nonna italiana.
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- Utiliza abundante agua: calcula incluir como mínimo un litro por cada 100 gramos de pasta para que quede bien hidratada y no se pegue al cocinarla.
- No agregues aceite o mantequilla: estos ingredientes no aportan ningún beneficio a la pasta. Si utilizas la cantidad de agua adecuada, no es necesario añadir nada más para evitar que se quede compacta.
- La sal siempre antes que la pasta: cuando el agua rompa a hervir es el momento de agregar la sal. La proporción adecuada es de unos 1,5 gramos por litro de agua. Aunque parezca mucha cantidad, la mayoría permanecerá en el agua cuando saques la pasta.
- Incorpora la pasta cuando el agua ya esté hirviendo: de este modo consigues reducir el tiempo de cocción y evitar que se pase. Sigue las instrucciones del fabricante para saber cuántos minutos serán necesarios para conseguir una pasta al dente.
- Remuévela solo una vez: remover la pasta constantemente solo hará que suelte más almidón haciendo que se pegue entre ella.
- Agrega un vaso de agua fría: antes de sacar la pasta, añade en la olla un vaso de agua fría para detener la cocción en el punto perfecto.
- No tires toda el agua: cuando saques la pasta reserva un poco de agua para agregarla a la salsa si fuera necesario. Esta agua contiene parte del almidón de la pasta, que te permitirá darle más espesor y textura cremosa.
- Incorpora la pasta a la salsa en una sartén: cuando esté en su punto perfecto de cocción, saltea la pasta con la salsa durante unos segundos para que queden integrados. No es necesario dejarlo mucho tiempo ya que al seguir cocinándose podría llegar a pasarse.