El conocido como «oro líquido» es uno de los productos que despierta mayor orgullo en nuestra tierra.Y no son pocas las razones por las que esto es así.
Ideal para cualquier receta que se precie, el aceite de oliva es el comodín perfecto de cualquier aliño, consiguiendo de esta forma un aderezo cremoso y suave. Un aceite premium es el ideal para usos en crudo y finalización de platos. Como el aceite de oliva arbequina HG Reserva Familiar,aceite de oliva virgen extra suave y aromático, con un sabor que contiene matices a manzana verde, plátano, tomate y almendra. Proviene de las más selectas aceitunas de la variedad arbequina y tiene 0,2 grados de acidez. Para poder obtener un litro de este producto ecológico, son necesarios 7,5 kilos de aceitunas seleccionadas previamente y cosechadas en las mejores condiciones, todo el proceso tiene lugar íntegramente en la Hacienda.
Pero hablemos de uno de los platos más populares en la mesa y quizás menos valorados, la ensalada, presente en nuestras vidas, como plato principal o como acompañamiento, nada menos que desde el año 600 a. C. de invención persa. Un conjunto de hortalizas mezcladas, cortadas en trozos y aderezadas con sal, y aceite, a ser posible premium como el que hemos comentado.
El nombre, de la ensañada, procede del Imperio romano, que llamaban a este plato ‘herba salata’, vegetales a los que añadían sal.
Desde entonces hasta ahora son múltiples las variedades de ensaladas que preparamos en nuestros hogares. Desde la sencilla ensalada mixta (lechuga, tomate, cebolla, aceitunas, aceite, sal y vinagre) a la César o campera. Las ensaladas son uno de los platos más sencillos de elaborar, pues sólo debemos mezclar los ingredientes elegidos, aliñar y listo para consumir, sin embargo, si deseamos elaborar una ensalada perfecta, debemos tener algunos factores en cuenta.
Para realizar una buena ensalada lo primero que debemos hacer es destapar el velo y no utilizar siempre los cuatro o cinco ingredientes típicos y ponerle imaginación. Trabajar con verduras, frutas, hierbas aromáticas, legumbres, cereales, pescado, carne, huevo, aceites premium y frutos secos. Todos estos alimentos pueden emplearse (no a la vez) en la preparación de ensaladas, calibrar bien la cantidad de sal, grasa y ácido y sobre todo un buen aceite para finalizar el plato . Y si quieres ir más allá, añade elementos crujientes para conseguir una variedad de texturas, e intensificar el sabor.
En la variedad está el gusto, pero para no caer en el error de que nuestra ensalada sea ‘un bol con cosas’ sin ton ni son, es importante combinar los ingredientes de forma adecuada. Una buena pista para conseguirlo es pensar en los grupos de nutrientes y buscar el equilibrio. Una vez seleccionados los ingredientes ( semillas, bayas, legumbres, brotes, frutos secos, verduras de todos los colores, pescados azules…), los que precisen ser lavados deben escurrirse al máximo y secarse bien. No hay nada más desagradable que una lechuga aguada. Del mismo modo, si utilizamos berros o espinacas, hay que quitarles previamente los rabitos. Y en cuanto a la lechuga y las verduras de hoja grande, es conveniente cortarlas (con las manos) adecuándolas al tamaño de un bocado. Conviene aliñar los ingredientes más delicados lo mínimo, aparte, y añadirlos a la ensaladera al final
Toca montar la ensalada y aquí el orden es importante. Es un error muy común (y fatal para el resultado final) poner todos los ingredientes en la ensaladera sin orden ni concierto, aderezar y remover a conciencia. Los alimentos más consistentes deberán estar en la parte inferior y si es necesario no hay problema en aliñar por capas y no solo una vez al final de la preparación. Los ingredientes más pequeños o más delicados (hierbas, brotes, frutos secos picados) conviene aliñarlos lo mínimo, aparte, y añadirlos al plato cuando vayamos a presentarlo.
Un asunto fundamental: el aderezo. La ensalada se adereza justo en el momento de servir, no antes, ya que la ensalada aderezada, pasado un rato “se desmaya”, Tendemos a tratarlo como un mero complemento, pero es parte esencial de la ensalada. Combinar una ensalada con el aliño adecuado es tan importante como maridar una comida con el vino más apropiado.En el caso de las ensaladas mixtas, echa las lechugas en un cuenco grande y sazónalas ligeramente con sal. Añade una cantidad moderada de aliño y remueve con las manos para que las hojas se impregnen bien. Prueba una hoja y después agrega más sal y aceite al gusto. En cuanto a las ensaladas compuestas, asegúrate de que cada elemento está sazonado y aliñado por separado. Si logras que cada bocado sea una delicia, comenzarás a pensar en las ensaladas con un entusiasmo que nunca hubieras imaginado.
No hace falta quedarse en los tradicionales lechuga, tomate y cebolla que llevan completando nuestras mesas durante años. Apostando por ingredientes diferentes, las ensaladas no solo se pueden convertir en un excelente y nutritivo plato principal, sino que también suponen el deleite de muchos.
- 1/2 lechuga romana
- 1 tomate para ensalada grande
- 1 zanahoria rallada
- 1/2 cebolla morada
- 1 huevo campero
- 1 lata atún
- 2 cdas. maíz dulce
- 8 aceitunas rellenas de anchoas
- aceite de oliva arbequina
- sal
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Cocemos el huevo durante 14 minutos en agua hirviendo. Cuando esté cocido lo echamos en agua fría para parar la cocción y lo pelamos y cortamos en cuartos.
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Lavamos 4 o 5 hojas de lechuga romana y la secamos con una centrifugadora o con papel absorbente.
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Rallamos la zanahoria en tiras muy finas.
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Picamos el tomate en medias rodajas o en trozos y la cebolla en rodajas o juliana.
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En un plato o fuente ponemos ponemos una base de lechuga y añadimos encima el tomate, la cebolla, la zanahoria rallada, las aceitunas, el maiz dulce y el huevo cocido en cuartos.
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Añadimos sal, vinagre de vino y aceite de oliva virgen extra al gusto.
Podemos añadir también espárragos blancos, remolacha o guindilla