Desde la época romana hasta el esplendor del Imperio Español, los bares han jugado un papel crucial en la cultura y sociedad españolas.
Los bares y tabernas en España tienen una rica historia que se extiende desde la Antigua Roma hasta el apogeo del Imperio Español, revelando su importancia no solo como lugares de ocio sino también como centros de la vida social y política.
Orígenes romanos y su evolución
Según estudios históricos, los bares en la Península Ibérica surgieron en las ciudades más romanizadas, transformándose en puntos de encuentro para las clases populares. En la Roma antigua, estos establecimientos no eran solo para beber vino, sino también para comer, socializar y jugar a las cartas. Su función social era destacable, proporcionando un espacio donde las jerarquías sociales se diluían y permitiendo una libertad de interacción poco común en otros ámbitos de la sociedad.
Tabernas en el Imperio Español: libertad y libertinaje
Durante el Imperio Español, las tabernas tenían una reputación ambivalente. Eran vistas como lugares de libertinaje donde desaparecían los privilegios y jerarquías sociales. Según el historiador Luis Romero, estos establecimientos eran espacios de «idéntica libertad» donde «los vasos son comunes» y nadie tenía un espacio reservado exclusivamente para sí. Sin embargo, también eran escenarios de juegos de azar tramposos, peleas y otros actos que a menudo requerían la vigilancia de las autoridades.
Regulaciones y vida cotidiana
Bajo el reinado de los Reyes Católicos, se promulgaron regulaciones estrictas para controlar estas actividades. Se prohibieron los establecimientos sin licencia y se limitaron las ganancias de los mesoneros, lo que refleja un intento por ordenar un aspecto fundamental de la vida social y económica del país.
A finales del siglo XVII, Madrid contaba con unos 250 mesones para una población de más de 130,000 habitantes. Estos lugares se dividían en aquellos que ofrecían «vino barato» y otros que servían «vino caro o precioso», con el vino «bautizado» siendo un delito grave castigado severamente.
La cultura tabernaria y su impacto literario
Las tabernas también eran el escenario de encuentros entre personajes de todo tipo, desde matarifes y soldados hasta escritores renombrados como Francisco de Quevedo y Lope de Vega, conocidos por su afición a la vida tabernaria. Estos lugares no solo ofrecían un espacio para la bebida, sino también para el debate de ideas y la creación literaria, evidenciando su papel integral en el tejido cultural de la España imperial.
En resumen, los bares y tabernas en la historia de España han sido mucho más que simples establecimientos para el consumo de bebidas; fueron verdaderos catalizadores de la vida social, cultural y política del país, reflejando las complejidades y dinámicas de cada época.
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