Farinato Juan Barco. Salamanca 23 diciembre 1891
Tomarás… un kilogramo de gorduras de cerdo, las pondrás al fuego dentro de un caldero, meneándolas siempre para que no se peguen cuando estén medio derretir añadirás 5oo gramos de cebolla picada… seguirás meneándolo todo con una cuchara de palo.
Después de un cuarto de hora, añadirás á lo dicho un kilogramo de pan (desmenuzándolo) que
habrás humedecido en un barreño 24 horas antes. seguirás meneándolo.
Verterás luego sobre aquella masa 250 gramos de aceite crudo 125 de pimentón, la sal correspondiente
un puñadito de anís en grano.
Siempre al fuego menea que menea hasta que los ingredientes formen an todo armónico, sea una masa
ligeramente compacta; luego, en caliente la embutes en tripas de vaca, del largo de una cuarta.
Ya están hechos los farinatos, sólo falta colgarlos al oreo, en la cocina, cerca del hogar,
Pasados quince días se descuelgan los farinatos sobre una tabla se van aplastando. Esta operación,
realizada por manos blancas rollizas
hechar cebar lechones
acrecienta el buen gusto de los farinatos.
Cuélganse de nuevo ya están en disposición de ser comidos, advirtiendo que cuanto más
tiempo pase, más más ricos hallarálos quien los pruebe.
Sírvese el farinato en Castilla la hora de tomar un piscolabis, sea media mañana, para
el caso se fríe en pedacitos, con manteca de cerdo.
Ciudad Rodrigo tiene fama por sus exquisitos farinatos esto se debe que farinatos llamen los naturales de la antigua Miróbriga.
¡Ah!
el farinato se come sin pan; para no incurrir en aquello de pan con pan comisa de tontos.
Juan Barco.
Salamanca 23 diciembre 1891