Valencia más allá de la paella

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El archiconocido pintor artístico Joaquín Sorolla catalogaba a Valencia como la ciudad de la luz. Desde Valencia se ven las cosas diferentes, y, en efecto, la luz es distinta a la de cualquier otra ciudad del mundo. Es, sin duda alguna, uno de los mejores lugares para vivir debido a su clima mediterráneo y casi tropical, ya que los meses de calor son más que los de frío. Eso sí, los veranos pueden llegar a ser muy calurosos y nos obligan a tomar una serie de precauciones, como no ir a la playa a las horas centrales del día o tener a mano siempre unos buenos refrescos que hagan que estemos hidratados continuamente.

Son muchas las cosas que definen a Valencia, y por supuesto no solo es la paella, así que coge papel y boli que a continuación te vamos a desgranar los mejores encantos que tiene esta joya del Mediterráneo.

Playas, monumentos, fiestas populares y unas buenas bravas al sol

Vengas en la época que vengas, Valencia siempre te va a dejar un buen sabor de boca, pero si la visitas en verano te aseguramos que vas a querer volver. Disfrutar de un buen tapeo en primera línea, un bañito en la playa de la Malvarrosa o un paseo por las céntricas calles de la ciudad son solo algunas de las cosas que podrás hacer aquí. Valencia no es una ciudad excesivamente grande, así que podrás disfrutarla de punta a punta en tus próximas vacaciones. Para ello, es súper recomendable que te hagas con una buena guía turística de Valencia para no perderte lo más importante. Desde luego, si eres más de playa no dudes en alquilar un apartamento o reservar en un hotel lo más próximo posible de ella, ya que esto te va a permitir disfrutar de unos amaneceres y atardeceres espectaculares. Te darás cuenta que en Valencia es muy típico sacar las mesitas y las sillas al paseo marítimo para gozarse una buena cena de sobaquillo.

Piérdete en el barrio del Carmen y atraviesa las impresionantes Torres de Quart y Serranos

En el centro de la ciudad también tienes opciones maravillosas, y así podrás disfrutar del corazón de Valencia desde dentro. Te advertimos desde ya que el casco antiguo tiene un encanto especial, y lo ideal es que hagas alguna visita guiada donde te puedan explicar todos los entresijos de la ciudad. Eso sí, hay varias paradas obligatorias que tienes que visitar sí o sí, como el Palacio del Marqués de Dos Aguas, la Iglesia de Santa Catalina, el Miguelete (¡no te olvides de contar todos los escalones!), la Plaza Redonda y la Plaza de la Virgen, donde encontrarás la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados. El barrio del Carmen está repleto de historia, y a través de él podrás llegar a las famosas y gigantescas Torres de Serrano y de Quart. Pero va con cuidado, no te vayas a quedar a la luna de Valencia. ¡Ah! Y si vas con un poco de tiempo, un paseíto en barca por la Albufera te va a dejar sin palabras, especialmente si está atardeciendo. Si tienes niños no dudes en visitar el parque de Gulliver en pleno cauce del río, y acaba dando una vuelta por la zona de las Artes y las Ciencias. Alucinarás. ¡Es otro mundo!

En definitiva, Valencia no es una ciudad a la que visitar una sola vez. Es ese lugar al que siempre querrás volver para desconectar y volver a conectar contigo mismo. Su gastronomía, sus gentes, sus pueblos, playas, su fiesta y la calma que produce estar en una ciudad que no va tan rápido, donde se disfruta más del aquí y ahora. Donde se presta más atención a la brisa marina que te roza la cara, la cervecita al sol, esa cena especial en primera línea de playa. Donde las pequeñas cosas son las más importantes. Es ahí, en Valencia.