En la sociedad actual, la inclusión y la diversidad se han convertido en temas cada vez más relevantes y sensibles. Esta conciencia social ha alcanzado también al mundo del consumo, donde productos y marcas se han visto envueltos en polémicas y cancelaciones debido a posibles connotaciones ofensivas o la falta de representatividad. En este artículo, exploraremos algunas de estas controversias y analizaremos cómo las empresas enfrentan el desafío de adaptarse a las demandas cambiantes de la sociedad mientras mantienen su autenticidad.
Un helado de casi 100 años de historia cambia su nombre en busca de la igualdad racial y para no ofender a los esquimales
La compañía Dreyer’s, que comercializaba el famoso helado Eskimo Pie, decidió cambiar el nombre de este producto en busca de la igualdad racial y para no ofender a los esquimales. Esta decisión se enmarca en un contexto de crecientes problemas raciales en Estados Unidos, impulsados por las protestas tras el asesinato de George Floyd.
El término «eskimo» ha sido objeto de críticas por parte de grupos activistas, que consideran que es inapropiado y racista, ya que fue utilizado por los colonizadores para referirse a los nativos de la región del Ártico. En respuesta a estas preocupaciones, la empresa ha decidido descontinuar el uso de la palabra y la imagen de un niño esquimal con ropa de piel tradicional que ha acompañado la publicidad y el logo del helado durante casi 100 años.
Se espera que el producto regrese al mercado con un nuevo nombre y un diseño de marketing renovado a finales de este año. Esta medida forma parte de una revisión más amplia de la empresa para asegurarse de que sus marcas reflejen los valores de la sociedad actual.
El helado Eskimo Pie, creado por el inmigrante danés Christian Kent Nelson en 1921, ha sido un producto icónico en Estados Unidos. Sin embargo, en 2009, un miembro del pueblo inuit, nativo del Ártico, calificó el nombre de racista e inapropiado, lo que despertó la controversia en torno al producto.
Esta no es la única marca que ha decidido modificar la imagen de sus productos debido a las protestas contra la brutalidad policial y el racismo. Otras marcas como Uncle Ben’s, que comercializa arroz, y Aunt Jemima, conocida por sus panqueques y jarabes dulces, también han anunciado cambios en sus nombres y eliminación de imágenes que podrían tener connotaciones racistas.
Rebranding
En el ámbito del rebranding, diversas marcas han tomado conciencia de la importancia de liberarse de símbolos, imágenes y palabras que puedan resultar ofensivos o perpetuar estereotipos negativos. A continuación, presentamos algunos casos destacados:
- Exeter Chiefs (Gales): Durante años, el equipo de rugby Exeter Chiefs ha tenido como símbolo la figura de un nativo americano. Sin embargo, esta marca ha sido considerada ofensiva y dañina por el Congreso Nacional de Indios Americanos (NCAI) de Estados Unidos. Como resultado, el club decidió llevar a cabo un rebranding en enero de 2022. El nuevo logotipo se basa en elementos que representan la historia celta de la región, alejándose de las connotaciones de sesgo racial.
- Washington Commanders (Estados Unidos): El equipo de fútbol americano de Washington decidió llevar a cabo un rebranding completo después de años de controversia en torno a su antiguo nombre, «Redskins». Este término era considerado ofensivo hacia la población nativa estadounidense. En 2020, provisionalmente adoptaron el nombre «Washington Football Team» y en 2022 se estableció la nueva denominación oficial: Commanders. Asimismo, eliminaron el logo que representaba la cabeza con plumas de un indio americano en los costados del casco.
- Negrita (Alicorp, Perú): La marca de productos alimenticios Negrita ha sido objeto de críticas por su nombre y su imagen, que pueden ser considerados como estereotipos raciales. Aunque no se ha realizado un rebranding completo, la marca ha realizado cambios en su comunicación y publicidad para evitar ofender a ciertos grupos y adaptarse a las demandas de inclusividad.
- Uncle’s Ben (Estados Unidos): La marca Uncle’s Ben también ha sido señalada como racista debido a su nombre y su imagen. Originalmente, las denominaciones «uncle» y «aunt» eran utilizadas comúnmente para referirse a los habitantes afroamericanos en el sur de Estados Unidos durante los años de esclavitud y segregación racial. En un intento por liberarse de la etiqueta de marca racista, en 2007 se optó por mostrar a Ben como un hombre de negocios consumado, pero finalmente, en 2020, se eliminó por completo la figura de Ben y se mantuvo solo el wordmark.
- Aunt Jemima (Estados Unidos): La marca de sirope Aunt Jemima, propiedad de PepsiCo, decidió retirar su identidad visual y verbal en 2021 después de más de 100 años de historia. La imagen de «mammy», una figura asociada a la esclavitud y la servidumbre en el sur de Estados Unidos, se consideró ofensiva. Además del rebranding visual, la marca también cambió su nombre a Pearl Milling Company.
Estos ejemplos reflejan la importancia que las marcas están otorgando a la inclusividad y la diversidad en su identidad y comunicación. Romper con la etiqueta de ‘marcas racistas’ es esencial para evitar la perpetuación de estereotipos negativos y promover la igualdad. A raíz del movimiento Black Lives Matter y otros movimientos sociales que han puesto de relieve la necesidad de un cambio, las marcas están asumiendo la responsabilidad de examinar y actualizar sus identidades para reflejar los valores actuales de la sociedad.
En España, también hemos presenciado rebrandings significativos. Algunas marcas que han sido objeto de críticas en relación con posibles connotaciones racistas son Conguitos, ColaCao, Negrito y Negrita. Estas marcas han sido señaladas por utilizar imágenes y nombres que pueden perpetuar estereotipos raciales.
Conguitos, por ejemplo, ha sido criticada por su imagen de un niño de origen africano con rasgos exagerados y estereotipados. La marca ha tratado de abordar estas preocupaciones a lo largo de los años, realizando cambios en su comunicación y en la representación visual.
ColaCao también ha sido objeto de debate debido a su antiguo logotipo, que mostraba a un niño de piel oscura. Si bien la marca ha realizado ajustes en su imagen y publicidad, algunas voces siguen expresando inquietudes sobre la representación racial en su identidad de marca.
Negrito y Negrita, marcas de alimentos en Perú y España respectivamente, también han sido objeto de críticas por su nombre y su imagen, que se han considerado estereotipos raciales. Estas marcas han generado controversia debido a la carga racial que pueden conllevar sus nombres y la representación visual asociada.
Es importante destacar que estas marcas no han realizado rebrandings completos hasta la fecha, pero han recibido presión y críticas de diversos sectores de la sociedad para que revisen y actualicen su imagen. Esto subraya la necesidad de una mayor conciencia y sensibilidad por parte de las marcas para asegurarse de que sus identidades no perpetúen estereotipos o connotaciones racistas.
En conclusión, el mundo del branding está experimentando cambios significativos en busca de la inclusividad y la diversidad. Las marcas están tomando medidas para romper con la etiqueta de ‘marcas racistas’ y adaptarse a los valores cambiantes de la sociedad. Los ejemplos mencionados muestran que las marcas están asumiendo la responsabilidad de actualizar su identidad visual y verbal para evitar perpetuar estereotipos negativos y promover un entorno más inclusivo.
Los M&M’s y la Polémica de los Géneros
Una de las historias más sorprendentes en el mundo de los dulces es la relacionada con las famosas chocolatinas M&M’s. Estos pequeños y deliciosos dulces de chocolate, reconocidos y consumidos en todo el mundo, se vieron envueltos en una polémica relacionada con la representación de género en su diseño.
En el pasado, las chocolatinas M&M’s representaban a sus personajes como pequeñas bolitas de colores, cada una con una personalidad distintiva. Sin embargo, dos de las bolitas femeninas eran representadas usando tacones de aguja, mientras que sus compañeros masculinos llevaban cómodas zapatillas deportivas. Aunque esta diferencia de representación no había generado problemas en el pasado, en un momento de creciente sensibilidad hacia la sexualización y estereotipos de género en Estados Unidos, comenzaron a surgir críticas hacia la marca.
La representación de las bolitas femeninas con tacones de aguja fue percibida por algunos como una forma de sexualización innecesaria de las chocolatinas. Surgieron argumentos de que esta representación podía influir negativamente en la percepción de las mujeres y perpetuar estereotipos de género. Ante estas críticas, la compañía responsable de los M&M’s decidió tomar medidas para abordar el problema y evitar futuras controversias.
En un esfuerzo por adaptarse a los cambios en la sociedad y mantenerse alineados con los valores actuales, la compañía decidió realizar una modificación en el diseño de las chocolatinas. En particular, reemplazaron los tacones de aguja de una de las bolitas femeninas por zapatillas de deporte, eliminando así la aparente diferencia en la representación de género. Esta medida fue tomada con el objetivo de evitar críticas adicionales y mantener una imagen positiva y respetuosa hacia todas las personas.
El cambio en el diseño de las chocolatinas M&M’s muestra cómo las marcas están prestando atención a las preocupaciones de género y trabajando para adaptarse a las demandas de una sociedad más inclusiva. La decisión de modificar la apariencia de las bolitas femeninas es un ejemplo de cómo las empresas buscan ser más conscientes de la forma en que representan a las personas y cómo pueden influir en la percepción de género.
En conclusión, la polémica en torno a los M&M’s y la representación de género en su diseño demuestra cómo las marcas están atentas a las preocupaciones sociales y están dispuestas a realizar cambios para adaptarse a los valores cambiantes. La modificación de las bolitas femeninas, reemplazando los tacones de aguja por zapatillas de deporte, es un reflejo de la búsqueda de una representación más equitativa y respetuosa en la industria alimentaria.
Las Marcas y el Cambio de Nombres:
No solo las chocolatinas M&M’s se han visto en el foco de las quejas exacerbadas, sino que otros productos de alimentación también han tenido que cambiar sus nombres debido a acusaciones de racismo o sexismo. Un ejemplo de ello es la marca de siropes Aunt Jemima, que llevaba más de 130 años en el mercado. Durante el movimiento Black Lives Matter, surgieron protestas debido a la representación de una esclava negra en el logotipo de la marca. Ante estas críticas, la compañía decidió cambiar el nombre y el logotipo, buscando evitar cualquier connotación ofensiva y adaptarse a las demandas sociales.
Los Conguitos y la Sensibilidad Racial
Incluso productos tradicionales y arraigados en la cultura local, como los Conguitos en España, no han escapado de las polémicas relacionadas con la sensibilidad racial. Estos populares chocolates con forma de cacahuete recubierto de chocolate han generado controversia, especialmente entre turistas estadounidenses, quienes han expresado su preocupación por considerar que la imagen de los Conguitos es racista. Estas reacciones exageradas han dado lugar a debates sobre la representación y el significado de estos productos en diferentes culturas.
Es importante destacar que estos debates a menudo carecen de un contexto histórico y cultural completo, y a veces se basan en percepciones superficiales o malentendidos. Los Conguitos, creados en España en la década de 1950, presentan una imagen de un personaje afrodescendiente en su envoltorio, lo que ha sido objeto de críticas por parte de quienes consideran que esta representación refuerza estereotipos raciales negativos.
Sin embargo, es fundamental comprender el contexto en el que se creó y ha perdurado este producto. La imagen de los Conguitos no surge de una intención racista, sino que refleja un estilo artístico y publicitario de la época en la que fue creado. Además, en la cultura española, los Conguitos son ampliamente aceptados como un dulce popular y no se asocian generalmente con connotaciones racistas.
La percepción de los Conguitos como un producto racista puede variar según la perspectiva y la experiencia individual de cada persona. Es comprensible que algunos turistas estadounidenses, sensibilizados por la historia de racismo y discriminación en su propio país, puedan interpretar la imagen de los Conguitos de manera diferente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la intención original detrás de este producto no era ofender o denigrar a ninguna comunidad.
La polémica en torno a los Conguitos ha llevado a debates más amplios sobre la representación y el respeto a la diversidad en la industria alimentaria y en la sociedad en general. Muchas empresas están revisando sus prácticas y diseños para asegurarse de que sean inclusivos y respetuosos con todas las comunidades. Esto implica un esfuerzo continuo por comprender y considerar las diversas perspectivas y sensibilidades culturales en la representación de productos y marcas.
En conclusión, la controversia en torno a los Conguitos pone de relieve la importancia de la sensibilidad racial y la necesidad de abordar las representaciones en la industria alimentaria de manera cuidadosa y respetuosa. Si bien es válido cuestionar y discutir la representación en los productos, es esencial hacerlo desde una perspectiva informada y considerando el contexto histórico y cultural para evitar malentendidos y debates superficiales.
El Negrito de Frigo
En el contexto de las polémicas y cancelaciones relacionadas con productos de consumo, otro ejemplo destacado es el caso del helado «Negrito» de la marca Frigo. Durante muchos años, este helado fue un clásico en España, formando parte de la infancia de varias generaciones. Sin embargo, con el paso del tiempo y los cambios sociales, surgieron críticas hacia el nombre y la imagen asociada al helado.
El término «negrito» ha sido considerado por algunos como racista y perpetuador de estereotipos negativos. Se argumenta que el uso de un diminutivo para referirse a una persona de raza negra puede ser ofensivo y despectivo
Curándose en salud, Frigo cambió hace unos años el nombre de su helado Negrito (cubierto de chocolate) por el de Negritón, mientras que otros negocios centenarios siguen fieles a su imagen original, nacida en un tiempo en el que las marcas o signos relacionados con la raza no tenían connotaciones negativas.
En 1983 Frigo introdujo un helado con un nombre que hoy sería impensable: el «Negrito». La publicidad no dejaba lugar a dudas sobre el doble sentido del nombre. La canción que lo popularizó, a ritmo caribeño, decía: «Allí viene el negro, negrito. El Frigo con un meneíto…» y concluía: «Este verano, Negrito…». En el vídeo aparecía un caricaturesco vendedor de helados negro. El Negrito formaba parte de «la gama alta de los helados»: cuando el Capitán Cola valía 30 pesetas, el Negrito subía a las 80. No era al alcance de la mayoría de niños…
el Negrito de Frigo, después de sacar otra variedad de chocolate blanco al que llamaron Blanquito para compensar, se transformó no hace mucho en Negritón, que a mí me suena a negro gritón y no sé si es peor el remedio que la enfermedad. J. Gorriti
Negrito un helado de chocolate y nata, años después tuvo un hermanito de chocolate blanco apodado Blanquito y después cambió de receta y tamaño y se relanzó como Negritón.
Estas críticas y señalamientos llevaron a la compañía Frigo a replantearse el nombre y la imagen del helado. Como parte de una estrategia de adaptación a las demandas del público y a las sensibilidades actuales, el helado «Negrito» fue renombrado como «Negritón«. Esta decisión buscaba eliminar cualquier connotación negativa o discriminatoria asociada al producto.
La polémica en torno al helado «Negrito» evidencia el poder de la opinión pública y la creciente conciencia sobre la importancia de evitar representaciones estereotipadas y ofensivas en los productos de consumo. Sin embargo, también genera debates sobre hasta qué punto es necesario modificar nombres y cambiar imágenes para adaptarse a las sensibilidades cambiantes.
En este sentido, algunas voces argumentan que cambiar el nombre de un producto no necesariamente resuelve los problemas subyacentes de discriminación y racismo, sino que podría considerarse una respuesta superficial. Otros defienden que estos cambios son necesarios para reflejar una sociedad más inclusiva y respetuosa.
En última instancia, la polémica en torno al helado «Negrito» de Frigo destaca la importancia de un diálogo abierto y constructivo entre las empresas y los consumidores. Es fundamental escuchar y comprender las preocupaciones de la sociedad, al mismo tiempo que se promueve la autenticidad y la creatividad en el mercado de productos de consumo.
En conclusión, el caso del helado «Negrito» de la marca Frigo refleja cómo las polémicas en torno a productos de consumo pueden llevar a la revisión y modificación de nombres e imágenes. Estas situaciones plantean debates sobre la responsabilidad de las empresas en la representación y la sensibilidad hacia temas de diversidad y discriminación. En última instancia, encontrar un equilibrio entre la adaptación a las demandas del público y la preservación de la identidad de la marca es crucial para mantener la autenticidad y el respeto en el mercado de consumo.
El Equilibrio entre Adaptación y Autenticidad:
En este contexto, las empresas se encuentran en un delicado equilibrio entre adaptarse a las demandas cambiantes de la sociedad y mantener su identidad. La presión social y la sensibilidad hacia temas de inclusión han creado un clima en el que cualquier objeto puede ser examinado minuciosamente en busca de posibles ofensas. Sin embargo, es necesario reflexionar sobre el impacto real de estas polémicas y cancelaciones en el mercado. Si bien es importante reconocer y corregir prácticas que puedan ser perjudiciales o insensibles, también es crucial no caer en exageraciones y cancelaciones indiscriminadas que pueden afectar la autenticidad de las marcas y limitar la creatividad en la publicidad y la expresión artística.
La reacción excesiva ante cambios mínimos en la representación de productos y marcas ha llevado a situaciones paradójicas, donde empresas se ven obligadas a ceder ante presiones para evitar controversias y posibles boicots. Esto plantea interrogantes sobre hasta qué punto las empresas deben adaptarse a la opinión pública y hasta qué punto deben defender su identidad y visión creativa.
Es importante recordar que el mercado y la sociedad son dinámicos, y lo que puede ser considerado ofensivo o inapropiado en un momento dado puede cambiar con el tiempo. Las empresas deben ser conscientes de estos cambios y estar abiertas al diálogo y a la crítica constructiva, sin perder de vista su esencia y los valores que las representan.
La clave está en encontrar un equilibrio entre la responsabilidad social y la autenticidad, donde las empresas puedan abordar temas importantes de inclusión y diversidad sin renunciar a su identidad y creatividad. Además, es fundamental que los consumidores tengan una visión crítica y contextualizada de estas polémicas, evitando reacciones exageradas y reconociendo los esfuerzos genuinos de las empresas por promover la inclusión y el respeto.
En conclusión, vivimos en una época en la que las polémicas y las cancelaciones están presentes en todos los ámbitos, incluso en el mundo del consumo. Las empresas se enfrentan al desafío de adaptarse a las demandas cambiantes de la sociedad sin comprometer su autenticidad. Es importante encontrar un equilibrio que permita abordar de manera responsable temas de inclusión y diversidad, al tiempo que se p