El mejillón es uno de los moluscos más populares en España y goza de gran prestigio debido a su valor nutricional, su sabor exquisito y su asequibilidad. Sin embargo, a pesar de su popularidad, aún existen falsos mitos en torno a este sabroso manjar. Vamos a desmontar tres de esos mitos para que puedas disfrutar plenamente de los beneficios de los mejillones:
1. Solo viven en agua salada:
Falso. Contrario a la creencia común, los mejillones pueden vivir tanto en agua dulce como en agua salada. De hecho, el 25% de los españoles no sabe que estos moluscos pueden habitar en ambos entornos acuáticos. España es una potencia productora de mejillón, especialmente en las Rías Baixas, donde se producen más de 285.000 toneladas anuales de mejillón en bateas.
Estas bateas, provistas de mallas y cuerdas, crean un ambiente propicio para el desarrollo del mejillón, gracias a la elevada concentración de fitoplancton, que es su alimento principal. La capacidad de vivir tanto en agua salada como en agua dulce permite a los mejillones adaptarse a diferentes condiciones ambientales y garantiza su disponibilidad durante todo el año.
2. Crecen durante todo el año:
Otro mito que es necesario aclarar es que los mejillones no crecen de forma continua durante todo el año. Estos moluscos alcanzan su talla comercial en un periodo de 18 a 22 meses. Además, entre los meses de marzo y mayo, el mejillón experimenta un parón en su crecimiento debido al proceso de desove, que es la puesta de huevos de los peces.
Este ciclo estacional evidencia que el crecimiento del mejillón no es uniforme durante todo el año y que hay momentos en los que su desarrollo se detiene temporalmente. Es importante tener en cuenta esta estacionalidad al consumir mejillones y considerar que existen momentos específicos en los que su oferta puede variar.
3. Contienen mucho colesterol:
A diferencia de lo que se cree, los mejillones no contienen altas cantidades de colesterol. De hecho, los moluscos, incluidos los mejillones, tienen una menor cantidad de colesterol en comparación con otros mariscos. Además, su tamaño relativamente pequeño hace que sea difícil ingerir cantidades preocupantes de colesterol al consumirlos.
Los mejillones, en cambio, son una excelente fuente de proteínas y minerales como el calcio, selenio, fósforo, hierro y yodo. También son ricos en vitaminas, especialmente la vitamina B12. Además, su bajo contenido en grasas (1,9 g por 100 gramos) y la ausencia de hidratos de carbono los convierten en una opción saludable y deliciosa para incluir en nuestra dieta.
En conclusión, el mejillón es un alimento altamente nutritivo y versátil que merece un lugar destacado en nuestras mesas. Ahora que hemos desmentido estos tres mitos, disfruta de la delicia de los mejillones con la tranquilidad de saber que estás aprovechando todos sus beneficios para la salud. ¡Aprovecha su temporada y saborea esta joya del mar!