¿Sabes diferenciar una sepia de una pota de un calamar? te enseñamos.
Como consejo para su compra, recomendamos siempre comprar el pescado fresco y de temporada. No obstante, es habitual el consumo de sepia congelada y está deliciosa. La sepia fresca debe tener un color blanco y brillante. De consistencia firme y tacto suave y húmedo. Se suele consumir enharinada –las populares rabas–, a la plancha o en su tinta.
Si hablamos de productos congelados, podemos encontrar “anillas rebozadas”, cualquier persona, puede pensar que se trata de anillas de calamar pero lo que están vendiendo es un cefalópodo de menor valor gastronómico que el calamar que nosotros apreciamos, la pota. La confusión entre ambos viene sobre todo en que al presentarse limpio y en formatos de consumo convencionales no enteros, como por ejemplo las anillas o en tubo, sus diferencias son prácticamente inapreciables en apariencia. No obstante, sí podemos distinguirlos fácilmente cuando los vemos en su estado natural.
Por un lado la Pota o calamar gigante es de mayor tamaño que las variedades de calamar comunes, y sus aletas constituyen un tercio de su tamaño en comparación al tronco, mientras que en los calamares comunes suelen ocupar dos tercios. Además, podemos ver cuando el calamar no está limpio que el común tiene manchas más rosadas y la pota más comunes.
Esto mismo nos puede pasar si vamos a la sección de frescos, podemos comprar, rabas, trozos o anillas como sepia o calamar y seguir tratándose de pota. Si la compramos limpia, cosa que no recomendaremos, puede ser de textura más blanda que la sepia. esto viene por el proceso de limpieza y engorde de la misma. El sabor de la pota es más rudo, así como su textura y aunque hay distintas calidades de pota, ninguna supera a la del calamar. Si la diferenciamos con la sepia esta también tiende a tener una textura más dura. Y aunque de sabor parecido al de la sepia, resulta muchísimo más barato.
Para poder diferenciar la pota del calamar, podemos fijarnos en las dos aletas que poseen en la parte final del cuero, las aletas del calamar ocupan unos 2/3 de la longitud de su cuerpo una vez eliminada la cabeza, mientras que las aletas de la pota ocupan una tercera parte. Otra diferencia la encontramos en el color si los cefalópodos no están limpios, la pota tiene una manchas violáceas, más oscuras que las rosadas del calamar.
Diferencias nutritivas
Las propiedades nutritivas de la pota son las mismas que las del calamar, aporta proteínas, destacan las vitaminas B3 y B12, minerales como el fósforo, el potasio y el magnesio y un bajo aporte en grasas,
Diferencias de sabor y cualidades culinarias
Aquí sí podemos notar la diferencia, ya que la pota tiene un sabor más fuerte, es algo más duro que el calamar y la textura cambia considerablemente. No obstante, en según qué formatos y calidades de la pota, las diferencia pueden ser pequeñas. Por ello es bastante común que la vemos en Anillas, ya que aquí es donde menos notaremos este factor.
Sepia, jibia o choco
La sepia es un molusco del que se estima que hay unas cien especies. Impresionante. Se suele localizar en el Atlántico y el Mediterráneo. Es también conocida como jibia o choco. ¿La diferencia? El tamaño. Los ejemplares más jóvenes –del tamaño de una mano– se conocen como chocos, mientras que los adultos –de unos veinte centímetros– se nombran como sepias o jibias. En Andalucía es más común el consumo de chocos, mientras que en Cantabria lo es de jibias o sepias. En definitiva, son el mismo pescado. Existen otras especies de sepia comestibles, como son el choquito, el castaño, la rosia, la sepiola o la sepiola de hondura.
Cuenta con unos 20 centímetros de largo y habita en fondos costeros con presencia abundante de algas. Su cuerpo es oval, gris-beige, con reflejos malvas. Igual que el resto de cefalópodos, en su interior tiene una bosa de tinta. Se localiza en el Atlántico y Mediterráneo, en especial cerca de las islas Canarias.
La sepia es un alimento rico en yodo. Contiene proteínas de alta valor biológico, lo que se traduce en que contiene aminoácidos esenciales. Es también baja en grasas. 100 gramos de sepia aportan apenas 0,90 gramos de grasa y sólo 75,30 kilocalorías. Entre sus nutrientes también destacan las vitaminas B3, E y B12.
EL CALAMAR
Para comenzar a hablar del calamar, podemos señalar que es un molusco muy apreciado, conocido y utilizado en la gastronomía mundial. Los platos en los que podemos ver presente a este molusco pueden ser preparados en una gran variedad de formas, ya sea en las regiones costeras como en las zonas del interior de España u otras partes del mundo
Hablando físicamente con respecto a los calamares, básicamente miden unos 20 centímetros, su característica distintiva es una cabeza muy alargada con dos tentáculos, esto además de los ocho brazos que poseen. Son transparentes y pueden tener algunas tonalidades de color rosa, dándoles así, ese color característico que los calamares poseen; una especie de degradado de este color. Presenta aletas que ocupan dos tercios del tamaño total de este animal.
Potas
El color, en caso de no estar limpio, se caracteriza por tonalidades rojizas con pequeñas manchas violáceas y púrpura. Podemos encontrar diversas especies denominadas como pota, aunque se diferencia por aspectos morfológicos y de origen, como por ejemplo la pota argentina o el potón del Pacífico (una especie de mayor tamaño distribuida principalmente por las costas de Perú y Méjico).
Es muy común confundir los trozos o tiras de potas xon la sepia. Las potas son conocidas como calamares gigantes. Los ejemplares del Mediterráneo miden entre veinte y veinticinco centímetros de largo, pero los del Atlántico pueden alcanzar los setenta y cinco. Se venden en anillas o tiras y son de peor calidad gastronómica, algo que también se nota en el precio.
¿Cómo los diferenciamos? Si ambas especies están en anillas sabrás cuál es la pota porque es mucho más dura y tiene un sabor más potente. Si están enteras y sin limpiar, la pota tendrá manchas violetas muy características. La última forma de diferenciar a ambas es observando sus aletas. Las de la pota son más pequeñas y solo ocupan una tercera parte.