Nueva Zelanda es el país en el que más helado se consume per cápita, 28,4 litros anuales, cinco veces más que en España
No es una cuestión de calorías. Entre las 70 kilocalorías de un polo y las 250 de un helado de crema —entre 60 y 120 más si lleva cobertura de chocolate— la variedad es amplia. La clave reside en la estacionalidad. Mientras que el gélido manjar se degusta todo el año en los países nórdicos, en el sur se asocia mayoritariamente con el verano, según lamentan las asociaciones de heladeros. “Disfrútalos todos los días del año” es precisamente el lema de la Asociación Española de Fabricantes de Helados.