En estos meses estivales, es muy habitual excederse tanto en comida como en bebida. Cerveza, tinto de verano, sangría, cócteles… Bien es sabido por todos que el alcohol es mal compañero de los vientres planos, al igual que ocurre con los carbohidratos refinados, los refrescos azucarados o los ultraprocesados.
Hay muchos factores biológicos y ambientales que contribuyen al sobrepeso o la obesidad. El consumo de alcohol puede ser un factor, aunque hay otros estudios que no han encontrado vínculos claros entre el aumento de peso y el consumo de alcohol.
Una razón para las inconsistencias en la literatura podría provenir del hecho de que gran parte de la investigación anterior ha tratado tradicionalmente el alcohol como una sola entidad en lugar de medir por separado los efectos de la cerveza, la sidra, el vino tinto, el vino blanco, el champán y los licores. Sin embargo, incluso cuando se desglosa de esta manera, la investigación arroja mensajes contradictorios.
Por ejemplo, un estudio ha sugerido que beber más cerveza contribuye a una mayor proporción cintura-cadera, mientras que otro estudio concluyó que, después de un mes de beber niveles moderados de cerveza, los adultos sanos no experimentaron ningún aumento de peso significativo.
Como resultado, nuestro objetivo es descubrir aún más los riesgos y beneficios únicos que están asociados con cada tipo de alcohol. Nuestros próximos pasos serán examinar cómo la dieta, incluido el consumo de alcohol, podría influir en las enfermedades del cerebro y la cognición en adultos mayores con deterioro cognitivo leve.
Sin embargo, el alcohol es peligroso porque se acumula en torno a los órganos. Esto provoca un aumento del peligro de desarrollar síndrome metabólico (conjunto de problemas que exponen a algunos adolescentes al riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y la diabetes tipo 2 cuando llegan a la edad adulta).La cerveza agrava la grasa visceral
La ‘buena noticia’ es que no todos los tipos de alcohol engordan por igual. Hace unos meses, The Conversation publicó un estudio que asegura que la cerveza y los licores tienen efectos más perjudiciales en la cintura que el vino tinto o blanco, así como en el riesgo de patologías cardiovasculares.
Esta conclusión se extrae de otro estudio que se publicó en la revista Obesity Sciente & Practice, el cual advierte del peligro de la cerveza y bebidas destiladas sobre la grasa visceral.
Para llegar hasta aquí, los investigadores analizaron la base de datos UK Biobank. En concreto, estudiaron a 1.869 adultos blancos con edades comprendidas entre los 40 y los 79 años, a los que tomaron datos demográficos, de alcohol, dietéticos y de estilo de vida, por medio de un cuestionario. También se registró altura, peso, sangre y composición corporal.Beber vino blanco con moderación tiene beneficios para la salud
Según el estudio, el vino tino no muestra relación con niveles más altos de grasa visceral. Además, el autor principal de la investigación explica que se encontró mayor densidad mineral ósea entre los adultos mayores que bebían vino blanco con moderación, algo que no ocurre con quienes bebían vino tinto o cerveza.
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