El mejillón cebra es una especie exótica invasora que causa graves daños ambientales en los ecosistemas en los que se implanta y en las infraestructuras a las que se adhiere formando racimos de grandes dimensiones. En España, esta especie está presente en ocho de las quince demarcaciones hidrográficas y ha colonizado más de sesenta embalses. Actualmente, la única forma de acabar con el mejillón cebra en aguas abiertas en España es a través de la «guerra biológica», un sistema que consiste en la utilización de una bacteria pseudomona modificada genéticamente para que genere una toxina que ataque en exclusiva al género Dreissena.
Sin embargo, la aplicación de este sistema requiere de más inversión e investigación para adaptarlo al país, ya que la cantidad de producto que se necesitaría para acabar con el mejillón en un embalse generarían unos niveles de sedimentos que podrían aterrar los embalses más antiguos. Además, aunque ya existen métodos físicos, químicos, biológicos o mecánicos para evitar su entrada y propagación en instalaciones cerradas, estos no pueden aplicarse en aguas abiertas porque «matarían» a todo ser vivo.
La experta en esta invasora, Concha Durán, ha señalado que sólo hay un caso en el mundo en el que se haya logrado erradicar completamente al mejillón cebra en aguas abiertas mediante «guerra química». Fue en Australia, en la bahía de Darwin, donde tras hallar mejillón cebra, declararon catástrofe nacional, la cerraron durante 40 días y la trataron con hipoclorito, lo que logró acabar con toda la especie.
En el caso de España, Durán ha abogado por conocer mejor cómo vive aquí el mejillón cebra, ya que mientras en otros sitios han documentado que tiene dos ciclos de reproducción, en España están observando que tiene más, debido seguramente a que las temperaturas del agua son más elevadas. Aunque la vía biológica es la que tiene más esperanza, se requiere de más investigación para adaptarla al país y acabar con una de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.
Científicos de la Universidad de Valencia han liderado un proyecto estatal, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, para caracterizar once poblaciones españolas de mejillón cebra (Dreissena polymorpha). Los investigadores han concluido que la llegada de esta especie exótica a nuestros ríos es «prácticamente irreversible» y que las poblaciones establecidas en nuestras cuencas «son capaces de adaptar su funcionamiento a diferentes condiciones ambientales, incluyendo la contaminación química, a la vez que muestran un prolongado periodo reproductor». El estudio permitirá a los gestores diseñar estrategias específicas para el control de esta especie, así como la creación de nuevas metodologías para luchar contra su expansión en espacios acuáticos naturales o instalaciones cerradas. La elevada tasa de reproducción del mejillón cebra detectada en el estudio hormonal aconseja que la práctica de actividades deportivas, como el piragüismo, «implique un estricto cumplimiento de las recomendaciones de las confederaciones hidrográficas para evitar su propagación a otros ríos de la península o el continente, porque las larvas del mejillón quedan enganchadas a las embarcaciones». La expansión del mejillón cebra no solo tiene un impacto ambiental por su afección a especies endémicas y el equilibrio ambiental de los ecosistemas, sino también económico, ya que crea importantes problemas y gastos económicos debido a su gran capacidad para obstruir todo tipo de infraestructuras y canalizaciones hídricas.