Italia y Francia son los destinos enoturísticos de Europa más recomendados en internet, con el 26% y 25% del total de los comentarios. En tercer lugar se sitúa España, con un 12%, en línea con Portugal y ligeramente por encima de Alemania, según las conclusiones del Monitor de Reputación Online de Enoturismo, realizado por la consultora Vivential Value, experta en el estudio del impacto de la reputación online en turismo.
Las conversaciones online en torno al mundo del vino y del enoturismo generan más de seis millones de menciones al año, según el estudio que ha monitorizado durante un año la actividad enoturística en internet, con el análisis de más de 375.000 recomendaciones explícitas sobre dicha actividad, relativas a destinos de todo el mundo y compartidas en portales turísticos.
Entre los canales con mayor volumen de comentarios sobresale Twitter, aunque es también la red social que menos engagement genera en términos relativos y, en consecuencia, la que presenta menor impacto potencial en el consumo del producto analizado, respecto a otras redes sociales y páginas específicas de turismo.
Mientras que los perfiles oficiales de Facebook ofrecen una amplia muestra de más de 115 rutas enoturísticas y denominaciones de origen españolas. Acumulan más de 640.000 “fans” y se generan casi 92.000 interacciones al mes.
El estudio destaca el elevado incremento en el volumen de valoraciones y reseñas respecto a las visitas a las bodegas, compartidas en páginas de reviews, con un crecimiento medio superior al 80% en un año. Estas reseñas se convierten así en una de las palancas más determinantes en el proceso de inspiración y decisión de otros clientes potenciales.
“Hemos podido constatar que el éxito en reputación online no depende del tamaño, ya que son frecuentes las pequeñas bodegas y las pequeñas rutas, que obtienen resultados por encima de la media del sector en general”, explica Rafael González, director la consultora con sede en Barcelona.
El responsable del estudio indica también que uno de los principales retos en el despliegue de sistemas de inteligencia enoturística, es “tomar consciencia de territorio” y entender que los diferentes agentes forman parte de un todo, donde la satisfacción y reputación de cada hotel, cada bodega, cada restaurante o cada actividad del destino, afecta a la experiencia del enoturista y, por extensión, a la imagen y competitividad del territorio en su conjunto.