El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es un producto de gran importancia y tradición en España, y su precio ha experimentado un aumento significativo en los últimos años. Este aumento se debe a varios factores, como las sequías, el aumento de los costes de producción y la presión fiscal, lo que ha llevado a que el AOVE sea considerado como un verdadero «oro líquido». A pesar de que España es el líder mundial en producción de AOVE, el precio en origen ha experimentado un aumento notable, alcanzando valores cercanos a los 8 euros por kilo en la última campaña.
Sin embargo, es curioso observar que el precio del AOVE varía significativamente en diferentes países. Por ejemplo, en Irlanda, los consumidores pagan menos por una botella de 1 litro de AOVE que en España. Mientras que en España el precio de una botella de AOVE de marca blanca en Carrefour es de 6,79 euros, en Irlanda el coste se sitúa en alrededor de 4,56 euros de media, casi la mitad del precio en Bélgica.
Esta diferencia de precios se debe a varios factores. En Irlanda, los supermercados firman contratos para importar cantidades que cubren las necesidades durante toda la campaña, lo que les permite obtener precios de compra más bajos. Además, en Irlanda el consumo de AOVE no está tan extendido como en España, y muchos consumidores utilizan productos sustitutivos como mantequilla, aceite de colza o grasas vegetales.
En España, el consumo de AOVE ha experimentado una caída del 14,67%, especialmente en la industria alimentaria y en hostelería, debido al aumento de los precios. Sin embargo, las industrias aceiteras en España trabajan con plazos cortos, lo que puede influir en los precios más altos.
En resumen, aunque España es líder en producción de AOVE, los consumidores españoles pagan más por este producto que los irlandeses, a pesar de tener costes más bajos en transporte y distribución de las importaciones. La situación del mercado y los hábitos de consumo en cada país influyen en la diferencia de precios. Si las sequías continúan y la situación no mejora, es probable que los precios en países como Irlanda sigan siendo más bajos que en España en el futuro.
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