Limpiar una freidora puede convertirse en misión imposible si no sabemos cómo hacerlo. Dichas facilidades en gran parte pueden buscarse a la hora de comprar un nuevo modelo y de hecho debemos buscarlas como un factor principal a la hora de escoger uno u otro. En este enlace podrás encontrar diferentes tipos de freidora y toda la información relativa a ellas para poder hacer la mejor elección posible. A continuación te daremos una serie de pasos que te serán de gran ayuda a la hora de limpiar tu freidora.
Pasos para limpiar una freidora
Como hemos dicho, a continuación te daremos algunos consejos sobre cómo limpiar tu freidora. Aquí podrás encontrar algunos consejos sobre cómo utilizar mejor tu freidora para sacarle el máximo partido a ella y a las elaboraciones que lleves a cabo.
1.- Desenchufa tu freidora
Como dice el título, el objetivo es limpiar nuestra freidora sin morir en el intento. Por ello, lo primero que debemos hacer es (en el probable caso de que sea eléctrica) desenchufarla y esperar a que se haya enfriado si la hemos usado recientemente.
2.- Retira el aceite
Después de haberla desenchufado y haber esperado a que se enfríe, procederemos a retirar el aceite. Es importante decir que no puede tirarse dicho aceite por el fregadero o el retrete ya que se trata de una sustancia altamente contaminante que debe ser correctamente reciclada. Hazte con un recipiente para meterlo y posteriormente acércate al Punto Limpio más cercano donde lo recogerán para su procesado.
3.- Retira la canastilla
El siguiente paso será retirar nuestra canastilla y sumergirla en un recipiente con agua muy caliente junto con un detergente antigrasas. Ahí la dejaremos reposar durante varios minutos para que la grasa se desprenda de todos los rincones y los posibles restos de alimento que hayan quedado desaparezcan. Es recomendable entonces frotar la canastilla con un cepillo y posteriormente aclarar. También puede emplearse una espátula de plástico para eliminar los restos que hayan quedado incrustados.
4.- La acción de un desengrasante y agua
Con agua y desengrasante dentro de la parte donde se introduce el aceite, enchufaremos nuestra freidora llena hasta el nivel al que normalmente está el aceite. La dejaremos hervir durante varios minutos, habiéndose calentado igual que cuando la empleamos para cocinar. Al cabo de un rato de haber hervido varios minutos debemos apagarla. Si no quieres hacer esta operación enchufando la freidora, siempre puedes calentar la mezcla en una olla para posteriormente pasarla al recipiente de la freidora. Estará así unos treinta minutos.
5.-Bicarbonato y agua para las partes más incrustadas
Después de que haya pasado este tiempo, podemos vaciar nuestra freidora. Tú mismo comprobarás como gran parte de la grasa que tenía ha desaparecido. Sin embargo, todavía y para dejarla en perfectas condiciones, volveremos a introducir agua caliente con desengrasante para eliminar con un cepillo los restos que hayan podido quedar. Si hubiera todavía restos incrustados, puedes aplicar con un cepillo una pasta de bicarbonato con un poco de agua para que con su acción cáustica pueda eliminarlos definitivamente.
6.- Posibles sustitutos
En el caso de que no quieras emplear productos químicos industriales desengrasantes, siempre existe la posibilidad de sustituirlos por vinagre que hará un efecto muy parecido aunque no tan intenso.
7.- Parte exterior
Para el caso de la parte exterior de nuestra freidora, es recomendable aplicar desengrasante mezclado con agua en un spray. Iremos aplicando dicha mezcla a lo largo de toda la superficie exterior y la dejaremos actuar por unos minutos para que se desprenda toda la grasa. Posteriormente, podemos pasar un trapo humedecido, papel de cocina o una bayeta para dejarla en perfectas condiciones.
8.- Realizar un buen enjuague
Para todas las parte de la freidora es recomendable realizar un buen aclarado con agua. Esto vale especialmente para la parte interior en la que es importante que no quede ningún resto de agua y de los productos empleados. En el caso de que no hagamos un buen aclarado pueden pasar los sabores a la comida y, peor, resultar tóxicos y nocivos para nosotros mismos o quienes los ingieran.
9.- Asegúrate de realizar un buen secado
Es imprescindible cuando limpies tu freidora que le concedas un buen secado bien a través de un a forma natural dejando simplemente que se seque o bien aplicando un trapo o papel de cocina (más recomendable para no extender los posibles restos de grasa que hayan quedado) y así eliminar cualquier posible resto de humedad.
La limpieza de la freidora de forma periódica es una buena forma de alargar su vida útil y de hacer que pueda rendir en las mejores condiciones el mayor tiempo posible. Esto no solo hará que cumpla mejor su función sino que, al mismo tiempo, nos ayudará a que no sufra pérdidas de energía provocadas por un exceso de residuos que la obligan a emplear mayor cantidad de energía para calentar la misma superficie.