La Universidad de Salamanca desarrolla un proyecto para diseñar un biofertilizante basado en bacterias autóctonas que ayuden al desarrollo de forraje y cereales
USAL/DICYT El Departamento de Microbiología y Genética de la Universidad de Salamanca trabaja en un proyecto que pretende mejorar la productividad de la veza (Vicia sativa), un cultivo que se utiliza como forraje para el ganado y que se planta en rotación con cereales. Para conseguirlo, los investigadores apuestan por el diseño de nuevos biofertilizantes basados en bacterias que favorezcan el crecimiento de esta leguminosa y que, una vez presentes en el suelo, también beneficiarían una posterior plantación de trigo.
“La idea es buscar inoculantes autóctonos que puedan adaptarse a la veza”, afirma Raúl Rivas González, responsable de esta iniciativa, que fue una de las seleccionadas en la convocatoria de proyectos de investigación de la Diputación de Salamanca, fruto de un acuerdo con la institución académica salmantina para fomentar la transferencia tecnológica en el sector primario.
Existen microorganismos que crecen en simbiosis con las plantas, beneficiándose ambas especies. En este caso, en colaboración con agricultores de Aldeatejada, los científicos han analizado en los últimos meses las bacterias que podrían estar relacionadas con la veza. Aunque el trabajo aún no ha terminado, han seleccionado tres. “En particular, dos de ellas son las que tienen más posibilidades de ser empleadas como inoculantes”, señala el investigador.
Precisamente, lo más interesante de estos nuevos biofertilizantes es que ayudan a obtener buenos rendimientos agrícolas sin necesidad de que los agricultores recurran a otros productos fertilizantes convencionales que pueden ser más contaminantes para el entorno. Se trata de microorganismos que no presentan ningún tipo de problema para el medio ambiente ni para la salud animal y vegetal, así que “ahora sólo tenemos que asegurarnos de que tienen un rendimiento óptimo en el campo”.
De hecho, las políticas europeas apuestan por la agricultura sostenible o beneficiosa para el medio ambiente, denominada ‘greening’, y vinculan a ella parte de las ayudas de la PAC. Dentro de esa filosofía es importante renovar los nutrientes del suelo y aplicar un fertilizante basado en bacterias autóctonas contribuye a ello.
En ese sentido, un aspecto destacado del proyecto es que no sólo favorece el desarrollo de la veza. “Aunque las bacterias no establecen simbiosis con el trigo, sí podemos decir que se introducen un poco en su raíz y también ayudan a su crecimiento”, apunta Rivas González.
El proyecto comenzó el verano pasado y tiene una duración de un año, un tiempo muy ajustado en investigación agrícola pero que puede ser suficiente para poder presentar resultados el próximo mes de septiembre en el marco de la importante feria agropecuaria Salamaq, en la que la Universidad de Salamanca ha estado presente en los últimos años a través del Vicerrectorado de Investigación y Transferencia para intentar establecer sinergias entre la ciencia y el sector primario, un motor económico esencial para la provincia.