🍄 Se fueron a por setas y volvieron con una multa que ni los boletus más exclusivos pagan

🚔 La policía alemana frustra el negocio setero del año: “Nosotros solo queríamos un revuelto”

El otoño es la época del año en la que los bosques se llenan de valientes exploradores con cestas de mimbre y apps de identificación de hongos en el móvil. Sin embargo, lo que debería ser una inocente actividad rural puede convertirse en un drama económico si no se tienen claras las normas. Que se lo digan a unos suizos que decidieron ir a Alemania a por setas y acabaron con una multa de 7.000 euros en la cesta. Spoiler: a ese precio, más les valía haber comprado trufas blancas.

📜 Alemania y sus leyes micológicas: ¿setas sí, pero no demasiadas?

Alemania permite la recolección de setas, pero con ciertas condiciones. No estamos hablando de requisitos como “tienes que llevar un jersey de lana y un perro que ladre a las hojas”, sino de normas muy serias sobre cantidad y especies recolectables.

En la mayoría de regiones, el límite permitido para recolectar es de 1 a 2 kilogramos por persona, únicamente para consumo propio. Esto significa que, si pensabas montar una empresa de distribución de boletus desde el maletero de tu coche, mejor replantea tu modelo de negocio.

Por supuesto, las autoridades alemanas no están ahí para ayudarte a elegir entre un níscalo y una amanita phalloides, sino para asegurarse de que no esquilmas el bosque. Y, como comprobaron estos recolectores suizos, se lo toman muy en serio.

🚔 De la euforia setera al terror fronterizo

Estos cuatro suizos se levantaron un día y pensaron: «Vamos a Alemania a por setas». Todo iba bien: el bosque estaba precioso, los boletus eran grandes como balones de fútbol y la cesta se quedó pequeña. La solución fue clara: llenar bolsas enteras y meterlas en el coche.

Pero el camino de vuelta tenía una sorpresa: en la frontera de Hohentengen, la policía alemana decidió echar un vistazo al maletero. ¿Resultado? Entre los cuatro transportaban entre 10 y 30 kilogramos de setas. Es decir, lo que un restaurante de lujo gastaría en un mes de risottos.

Los agentes, con cara de pocos amigos y ninguna afición por la micología, confiscaron el botín y procedieron a multar a los recolectores. El motivo: violación de la Ley de Protección de la Naturaleza. Total, 7.000 eurazos de sanción. Un precio que hace que hasta los champiñones del súper parezcan un chollo.

💰 ¿Cuánto valían esas setas en el mercado?

Ahora bien, hagamos un cálculo rápido. Si asumimos que tenían unos 20 kg de boletus (para no exagerar ni quedarnos cortos), el precio medio de estos hongos frescos ronda los 30-50€ por kilo en mercados especializados.

Así que, en el mejor de los casos, su cargamento valía unos 1.000€ en total. La multa fue siete veces ese valor. Un negocio redondo… para el Estado alemán.

Moral de la historia: si te pasas con la cantidad, mejor declara las setas como «obra de arte moderna» y di que es un «performance» sobre la abundancia del bosque. Igual cuela.

🌍 Alemania no es la única que pone reglas: cuidado con otros países

Si después de esto aún te quedan ganas de recolectar setas, infórmate bien antes de salir al campo. Muchos países tienen normas similares:

🔹 España: Depende de la comunidad, pero suelen permitir entre 1 y 3 kg por persona. Algunas zonas requieren permiso especial.
🔹 Francia: No más de 5 kg y solo para autoconsumo. Vender sin licencia es ilegal.
🔹 Italia: Hay límites diarios de 3 kg por persona y solo en días específicos.
🔹 Suiza: Siendo suizos, es probable que tengas que pedirle permiso al bosque.

En resumen: recolectar setas está bien, pero pasarse puede costarte más que un viaje a Japón para comerlas en un restaurante Michelin.

🍽 ¿La moraleja? Mejor el supermercado

Si no quieres acabar con una multa que haga llorar a tu cuenta bancaria, recuerda: el Mercadona vende setas a buen precio, y sin necesidad de tratar con agentes de aduanas alemanes.

¿Qué opinas? ¿Se pasaron los alemanes con la multa o deberían haberles dado un premio a la eficiencia recolectora? 🍄💸