Estos días se ha hablado bastante de Santi Santamaría, grandísimo cocinero que nos dejó inesperada y prematuramente hace ahora cinco años en su restaurante de Singapur.
Parece que el ser humano no está a gusto si no basa su mundo en una serie de comparaciones: esto es mejor que aquello, y lo mismo trasplantado a las personas. Fue un sabio quien dijo que las comparaciones son odiosas, y otro el que afirmó que es injusto comparar magnitudes diferentes, así que no lo haremos.