¿Sabías esto del turrón?
Por qué el 7 de noviembre es el Día Internacional del Turrón
El 7 de noviembre no es una fecha cualquiera: es el Día Internacional del Turrón. Una jornada que celebra el sabor, la tradición y la identidad de un producto que, desde Jijona, conquistó el mundo entero.
Para entender por qué se celebra este día, hay que volver la mirada al origen. Los primeros turroneros recogían la cosecha de almendra en septiembre y, con el excedente, elaboraban el turrón. A principios de noviembre, el producto ya estaba listo para venderse en mercados y ferias con la intención de llenar las mesas en Navidad. Así nació una tradición que, siglos después, sigue viva.
De la península arábiga a Jijona: un viaje milenario
Los documentos históricos más antiguos sitúan el origen del turrón en la península arábiga, hacia el siglo XI. Los árabes lo introdujeron en la península ibérica y en Italia a través del Mediterráneo. Con el tiempo, esta mezcla de miel y frutos secos evolucionó hasta convertirse, en el siglo XV, en el turrón tal como lo conocemos hoy.
Su fama creció rápidamente. En la corte del rey Carlos V, el turrón era considerado un manjar reservado a nobles y reyes. Su sabor y textura lo convirtieron en símbolo de lujo y hospitalidad.
Un sabor imposible de confundir
Si alguien nos tapara los ojos y nos diera a probar una pastilla de turrón, lo reconoceríamos al instante. Esa mezcla de miel y almendra forma parte del ADN gastronómico del Mediterráneo. Tanto el turrón de Jijona —blando y untuoso— como el de Alicante —duro y brillante— despiertan recuerdos y emociones únicas.
Y es que su sabor es tan especial que resulta casi indescriptible. Su dulzura suave, su calidez en boca y su textura inconfundible lo convierten en un placer universal.
Un superalimento mediterráneo
El turrón no es solo un capricho navideño. Es también un alimento saludable y lleno de energía. Está compuesto entre un 60 % y un 70 % de almendra, uno de los frutos secos más nutritivos que existen. Aporta calcio, magnesio y vitamina E, ayudando a fortalecer huesos, piel y cabello, además de proteger el corazón.
La miel natural, su otro gran componente, ofrece un impulso energético inmediato gracias a la glucosa y fructosa. Por eso, el turrón es perfecto para recuperar fuerzas de manera natural.
Además, contiene entre un 13 % y un 16 % de proteínas, y es rico en vitaminas A, B y E, así como en minerales como potasio y fósforo. Por todo ello, se considera un superalimento mediterráneo, que conviene disfrutar con moderación pero sin culpa.
El porqué de su relación con la Navidad
Mucho antes de que llegara el 24 de diciembre, los carros de la compra ya se llenaban de turrones. ¿Por qué precisamente en Navidad? Algunos dicen que, por su alto coste de producción, era un dulce reservado a las fiestas más importantes. Pero la razón más lógica tiene que ver con la temporada de la almendra: se recoge a finales del verano, y la elaboración del turrón se extiende hasta finales de año. Así, el turrón se convirtió en el dulce por excelencia de las celebraciones navideñas.
Más allá de la Navidad
Hoy en día, el turrón se disfruta todo el año. Lo encontramos en helados, cremas, snacks o incluso bebidas. Su versatilidad lo mantiene vigente como símbolo de la gastronomía mediterránea y del ingenio artesanal de Jijona.
El alma de Jijona
La receta auténtica del turrón lleva con orgullo el nombre de Jijona. La mezcla de almendra, clara de huevo y miel, junto con la cocción en el tradicional boixet, guarda el secreto de una tradición que ha pasado de generación en generación durante más de 500 años.
El proceso artesanal, la dedicación y la calidad de sus ingredientes hacen del turrón de Jijona una joya gastronómica única en el mundo. Un símbolo que, cada 7 de noviembre, nos recuerda que hay sabores que nunca pasan de moda.
Feliz Día Internacional del Turrón
Desde Jijona al mundo entero, el turrón no solo endulza las fiestas: nos conecta con nuestra historia, nuestra tierra y nuestras raíces mediterráneas.
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