La guía definitiva para elegir la patata correcta según el uso
La patata es uno de los alimentos más versátiles y queridos en la cocina. Ya sea que las usemos para freír, cocer, hacer purés o tortillas, la patata nunca decepciona. Sin embargo, ¿sabías que no todas las patatas son iguales? Cada tipo tiene características únicas que las hacen más adecuadas para ciertas preparaciones. La elección correcta puede ser la diferencia entre unas papas fritas perfectas o una guarnición aguada.
En este artículo, te contaremos cuáles son los tipos principales de patata y qué usos son los mejores para cada una. ¡Vamos a descubrir qué patata es la ideal para cada plato!
Patata Agria: La reina de las frituras
Si lo que buscas es la patata perfecta para freír, la patata agria es tu mejor aliada. Con su carne amarilla y piel oscura, esta variedad destaca por mantener una textura crujiente por fuera y suave por dentro. Además, tiene una ventaja especial: absorbe menos aceite, lo que se traduce en unas papas fritas menos grasosas y más saludables. Este detalle no es menor, ya que la fritura suele ser una técnica que añade muchas calorías.
Un consejo clave para lograr las mejores papas fritas con esta variedad es dejarlas en remojo durante unos minutos después de pelarlas y cortarlas. Este paso ayuda a eliminar el exceso de almidón, lo que mejora la textura final. Eso sí, ¡no olvides secarlas bien antes de freírlas! Cualquier exceso de agua puede hacer que el aceite salpique y tus papas no queden tan crujientes como deberían.
Patata Roja: Perfecta para hervir
La patata roja es la indicada para aquellas preparaciones donde el hervido es el protagonista. Esta patata, con su piel rojiza y carne blanca, es conocida por su resistencia al calor. No se desmorona fácilmente cuando se cocina, lo que la convierte en la mejor opción para ensaladas, guisos y platos de cuchara. Si alguna vez has cocido papas y se han deshecho en el agua, probablemente no estabas usando la variedad adecuada.
Además, su piel tiene un alto contenido de antioxidantes, por lo que se recomienda cocinarla con piel y aprovechar todos sus beneficios nutricionales. Este tipo de patata es ideal también para cortar en rodajas finas una vez cocida, sin miedo a que se desmorone.
Patata Lucinda: La todoterreno
Si buscas una patata que funcione bien en múltiples preparaciones, la Lucinda es la opción más versátil. Con su carne y piel amarillas, esta variedad tiene una textura firme, lo que la hace adecuada tanto para freír, asar o cocer. Aunque no es la mejor para una fritura crujiente como la patata agria, ofrece resultados aceptables. Sin embargo, su verdadera fortaleza está en su capacidad para ser usada en tortillas, purés o papas asadas.
La patata Lucinda es un clásico en muchas cocinas por su consistencia y sabor neutro. Si no tienes tiempo o ganas de elegir diferentes tipos de patatas para distintas recetas, esta es una opción segura y fiable.
Historia y variedades de la patata
La patata tiene una historia fascinante que comienza hace más de 7.000 años en los Andes, en lo que hoy conocemos como Perú y Bolivia. Los pueblos indígenas domesticaron este tubérculo y lo convirtieron en un alimento básico, no solo por su valor nutricional, sino también por su capacidad de resistir climas fríos y su facilidad de almacenamiento.
En el siglo XVI, la patata llegó a Europa a través de los conquistadores españoles, pero inicialmente fue recibida con desconfianza. Muchos europeos pensaban que la patata era venenosa o que causaba enfermedades. No fue sino hasta el siglo XVIII que su consumo se popularizó, especialmente en países como Irlanda, donde se convirtió en un pilar de la dieta. En España, la patata comenzó a ganar fama rápidamente, especialmente en la región gallega.
Con el tiempo, se desarrollaron cientos de variedades diferentes de patata. Hoy en día, existen miles de tipos en todo el mundo, cada uno con características únicas de sabor, textura y color. En España, algunas de las más populares incluyen la patata agria, la patata monalisa, la patata kennebec, entre otras. Dependiendo de la región, se prefieren unas sobre otras para platos específicos.
Receta: Papas fritas perfectas con patata agria
Para poner en práctica lo que hemos aprendido, aquí te dejamos una receta fácil pero infalible de papas fritas usando patata agria.
Ingredientes:
- 4 patatas agrias medianas
- Aceite de oliva o de girasol (cantidad suficiente para freír)
- Sal al gusto
Instrucciones:
- Pela las patatas y córtalas en tiras de aproximadamente 1 centímetro de grosor.
- Coloca las patatas cortadas en un bol con agua fría y déjalas en remojo por unos 10 minutos. Esto ayudará a eliminar el exceso de almidón.
- Mientras las patatas reposan, calienta una sartén profunda con abundante aceite. Debe estar caliente, pero no tanto que queme las patatas inmediatamente (unos 160-170°C).
- Seca bien las patatas con papel de cocina o un paño limpio. Esto es crucial para evitar que el aceite salpique.
- Fríe las patatas en el aceite caliente durante unos 5-7 minutos, hasta que estén doradas y crujientes por fuera.
- Retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Añade sal al gusto y ¡sirve inmediatamente!
Con estos simples pasos, tendrás unas papas fritas dignas de restaurante, crujientes por fuera y suaves por dentro. Ahora que conoces la importancia de elegir el tipo adecuado de patata, podrás mejorar todas tus recetas con este versátil tubérculo.
Variedades de patata más comunes
1. Patata Monalisa: La reina de la frutería
La Monalisa es una de las patatas más vendidas en muchos países, siendo reconocida por su apariencia atractiva y su forma regular. Además, es extremadamente versátil, lo que la convierte en una opción popular para todo tipo de platos. Su equilibrio entre almidón y agua la hace ideal tanto para freír, como para cocer o asar.
2. Patata Spunta: Común en el norte de España
La Spunta es una patata semitardía que encontramos con frecuencia en los mercados del norte de España. Se caracteriza por su gran tamaño y su piel fina y alargada. Es perfecta para hervir o asar, manteniéndose firme tras la cocción, lo que la convierte en una excelente opción para ensaladas o platos de cuchara.
3. Patata Kennebec: Calidad con denominación de origen
La patata Kennebec es una de las más valoradas en la gastronomía española. De hecho, muchas patatas con Indicación Geográfica Protegida (IGP), como la patata de Galicia o las patatas de Prades (Cataluña), pertenecen a esta variedad. Es una patata versátil, ideal para hacer frituras, guisos y asados. Su sabor intenso la hace especialmente apreciada en la alta cocina.
4. Patata Agria: La mejor para freír
Si lo que buscas son patatas fritas crujientes por fuera y suaves por dentro, la patata agria es la mejor opción. Su alto contenido en almidón y su baja capacidad de absorción de aceite la convierten en la favorita de muchos restaurantes y bares para hacer las patatas fritas perfectas. Además, es ideal para preparar platos como la tortilla de patatas, donde una textura equilibrada es clave.
5. Patata Red Pontiac: Ideal para cocer
Con su piel roja y su carne blanca, la patata Red Pontiac es perfecta para hervir o guisar. Su textura harinosa permite que absorba bien los sabores de los caldos y las salsas. Además, esta variedad aguanta muy bien el almacenamiento en refrigeración, lo que la hace ideal para guardar durante largos periodos sin que pierda calidad.
Conservación de las patatas: Claves para alargar su vida útil
La conservación adecuada de las patatas es fundamental para mantener su frescura y sabor. Existen variedades, como las patatas viejas, que se pueden almacenar durante meses sin problemas, mientras que las patatas nuevas necesitan consumirse con rapidez.
Para alargar la vida de las patatas, especialmente a nivel industrial, se utilizan Big Bags ventilados, que permiten la circulación del aire y mantienen las patatas frescas durante más tiempo. Estos sacos son también ideales para almacenar otras hortalizas como la batata o la zanahoria.
Las fiestas de la patata en España
En diversas regiones de España se celebran anualmente fiestas dedicadas a la patata. Estos eventos suelen coincidir con las temporadas de recolección y son una oportunidad para disfrutar de degustaciones, ferias y mercados dedicados a este versátil alimento. Algunas de las fiestas más destacadas incluyen:
- Fiesta de la Patata de la Rinconada (Sevilla)
- Fiesta de la Papa en Canarias
- Día de la Patata de la Puebla en Murcia
- Fiesta de la Patata en Cella (Teruel)
- Fiesta de la Patata en Salamanca y Palencia
- Festa de la Patata en Prades (Tarragona), que se celebra en septiembre.
Estas festividades no solo celebran la importancia de la patata en la cocina, sino también su rol en la economía local de muchas regiones agrícolas.
Receta: Guiso de patata Kennebec con chorizo
Para aprovechar al máximo las cualidades de la patata Kennebec, te dejamos esta deliciosa receta de guiso de patata con chorizo.
Ingredientes:
- 1 kg de patatas Kennebec
- 200 g de chorizo en rodajas
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo
- 1 hoja de laurel
- Pimentón dulce (al gusto)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta
Instrucciones:
- Pela las patatas y córtalas en trozos medianos.
- En una olla grande, añade un poco de aceite de oliva y sofríe la cebolla, el ajo y los pimientos cortados en trozos pequeños.
- Cuando las verduras estén blandas, añade el chorizo y el pimentón dulce, removiendo durante unos minutos.
- Incorpora las patatas, la hoja de laurel y cubre con agua. Deja cocinar a fuego lento durante unos 30-40 minutos, hasta que las patatas estén tiernas y el caldo haya espesado.
- Ajusta de sal y pimienta, ¡y disfruta de este reconfortante guiso de patatas!
Este plato es perfecto para los días fríos y muestra cómo las patatas pueden absorber todos los sabores de los ingredientes, logrando una comida sabrosa y tradicional.