El sector avícola europeo se encuentra en alerta ante las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para reducir la densidad de población de pollos de engorde convencionales a un máximo de 11 kg/m², lo que conllevaría una reducción del 72% en el número de aves en las granjas. Según la organización Asaja, esto conduciría a la pérdida de la mayor parte del sector avícola europeo, tanto en la producción de carne como de huevos. La posible rebaja de espacios, se suma además a otras recomendaciones como la reducción de uso de antibióticos y la eliminación de las jaulas para la producción de huevos, lo que hace imposible la producción, según la organización. Los costos de producción están en aumento y, para que una explotación sea mínimamente rentable, debe tener entre 30,000 y 35,000 aves, lo que hace que un recorte tan drástico sea demoledor en una actividad que ahora mismo es deficitaria. Además, ampliar la superficie de las granjas no es sencillo en la práctica porque cualquier remodelación tendría que ser estructural y conllevaría importantes inversiones económicas en una actividad que ahora mismo trabaja a pérdidas. Si se aplican estas recomendaciones, los precios del pollo tendrían que multiplicarse por tres para compensar, lo que reduciría la oferta y aumentaría las importaciones de carne de aves de corral de terceros países con estándares más bajos.
El sector avícola español se encuentra en alerta ante posibles normativas europeas que podrían afectar significativamente a la producción de pollos y huevos en el país. En concreto, una recomendación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre la densidad de población de pollos de engorde convencionales a un máximo de 11 kg/m², generó inquietud en el sector, ya que podría significar una reducción de la cabaña en un 72%.
Representantes del sector, como el técnico de la organización UPA David Erice, han señalado que producir de forma rentable con esta densidad máxima es «imposible», y que reducir tanto la cabaña «haría que no salgan las cuentas». Además, han advertido que para que una explotación sea «mínimamente rentable», debe tener entre 30.000 y 35.000 aves, lo que supone un recorte drástico en una actividad que actualmente es «deficitaria».
La posible rebaja de espacios se suma a otras recomendaciones como la reducción de uso de antibióticos, lo que podría hacer imposible la producción en el sector avícola. En la producción de huevos, la eliminación de las jaulas también preocupa, ya que la mayoría de los sistemas de cría se hacen en suelo, pero la avicultura de puesta se hace en jaula.
La Comisión Europea ha solicitado estos dictámenes en el marco de su estrategia «De la granja a la mesa», para apoyar la revisión en curso de la legislación de la UE sobre bienestar animal. Se espera que la Comisión presente una propuesta legislativa en el segundo semestre de 2023.
En España, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, se contabilizan casi 5.000 explotaciones avícolas, produciendo un total de 1,6 millones de toneladas de carne de pollo al año, de las cuales 217.000 toneladas corresponden a Galicia.
Ante la preocupación del sector avícola español, algunos representantes han señalado que una posible solución para mantener la rentabilidad de las explotaciones sería ampliar la superficie de las granjas, pero esta opción es difícil de implementar en la práctica, ya que requeriría importantes inversiones económicas y estructurales. Además, han advertido que la reducción de la cabaña en un 72% y otras recomendaciones podrían significar un aumento de las importaciones de carne de aves de corral de países con estándares más bajos.