¿Por qué los huevos de codorniz tienen motas en su cáscara?
Los huevos de codorniz son una alternativa cada vez más popular en nuestras cocinas, gracias a su tamaño y sabor. Pero, ¿por qué tienen esas características motas en su cáscara?
En primer lugar, es importante destacar que los huevos de codorniz que encontramos en los supermercados son de granja y de codornices domesticadas, al igual que los huevos de gallina. Sin embargo, sus colores son distintos, ya que los de gallina suelen ser blancos o marrones, mientras que los de codorniz tienen esas características motas o pintas.
Según explican algunos expertos, estas motas no son una casualidad, sino que forman parte del camuflaje de las codornices para despistar a sus depredadores. Al poner los huevos en el suelo, las motas ayudan a confundir a los posibles depredadores, haciéndolos pasar desapercibidos entre la tierra y las hojas secas.
Aunque en cuanto al sabor, los huevos de codorniz no presentan grandes diferencias con los de gallina, sí son más pequeños en tamaño y llamativos en aspecto. Por ello, suelen utilizarse como adorno en platos de alta cocina, como en la famosa receta de espinacas y dátiles coronada con huevos de codorniz del reconocido chef vasco, Karlos Arguiñano.
En definitiva, las motas en los huevos de codorniz son una adaptación de la naturaleza para proteger a las aves y sus huevos de posibles depredadores. Y aunque no afectan en gran medida al sabor, sí los hacen diferentes y llamativos en su aspecto.