La cadena suma su cuarto hotel en Valencia con una inauguración que dejó una noche llena de emoción, cultura y celebración.
Valencia vivió una noche especial con la inauguración de One Shot Puerta Ruzafa, una celebración que fue mucho más que la apertura de un nuevo hotel. El evento fue un fiel reflejo de la identidad de la cadena en la ciudad: una apuesta por el arte, la comunidad local y el respeto por la historia, la cultura y el carácter único de Valencia.

La noche comenzó con la fachada del hotel como un lienzo en blanco , que se fue transformando con un juego visual de luces y colores trazabdo movimiento sobre la arquitectura, visible tanto para los invitados como para quienes paseaban por la zona. Un gesto de apertura hacia la ciudad, como una forma de decir: esto también es para vosotros.

Después, llegó la bienvenida oficial de la mano de Darío Piera, que introdujo el proyecto y a su equipo. Entre los invitados se encontraban rostros conocidos de la sociedad valenciana,
representantes del ámbito cultural, creativo y social, así como el equipo de One Shot Hotels, que compartió el entusiasmo por este nuevo capítulo. El ambiente era cercano, amable, con esa sensación de celebración compartida.
A partir de ahí, la noche se transformó en un recorrido sensorial por distintas habitaciones del hotel. La primera invitaba a detenerse en la mirada: el artista Diego Zappa trabajaba en una pieza efímera inspirada en la luz mediterránea, construida con elementos naturales que parecían respirar. La siguiente estancia llevó a los asistentes a descubrir uno de los grandes tesoros desconocidos de Valencia: el Santo Grial, presentado por Ana Mafé García, quien relató la historia que vincula esta reliquia a la ciudad, sorprendiendo incluso a quienes pensaban conocerla. La última habitación se centró en los sentidos: la perfumista Laura Monzón habló de los aromas que representan la identidad valenciana y presentó el perfume creado en exclusiva para One Shot Puerta Ruzafa, mientras la artista Yuè SanJuan cantaba una nana bajo la luna de Valencia, envolviendo el espacio en una calma suave y luminosa.


Con el recorrido finalizado, la velada se abrió hacia la terraza. Allí, la música de Marien Baker, acompañada por el saxofonista Don Polo, puso ritmo y energía a una noche que
continuó de forma distendida, entre conversación, brindis y la brisa de Valencia cayendo lentamente.
One Shot Puerta Ruzafa: un hotel que respira ciudad
Ubicado en un edificio de 1947, One Shot Puerta Ruzafa ha sido transformado sin perder su personalidad original. El interiorismo lleva la firma de Alejandra Pombo, quien concibe el hotel como un recorrido inspirado en el ciclo vital de una planta: desde las raíces y la tierra en los espacios inferiores, hasta la luz y el aire en las plantas superiores. Su propuesta sensorial se apoya en materiales naturales, texturas suaves y curvas orgánicas que invitan al descanso. Las 92 habitaciones mantienen esa atmósfera cálida y serena, y la
terraza-azotea abre un horizonte hacia el skyline de Valencia.
Con esta apertura, One Shot Hotels suma cuatro hoteles en Valencia, cada uno con una esencia propia que se conecta con un perfil de viajero distinto:
- One Shot Reina Victoria: historia, elegancia y aire clásico en pleno centro.
- One Shot Mercat: íntimo, artístico y cercano a la vida cotidiana de la ciudad.
- One Shot Colón: urbano, práctico y pensado para un ritmo más dinámico.
- One Shot Puerta Ruzafa: luz mediterránea, diseño sensorial y espíritu abierto.
Cada hotel explora un ángulo diferente de Valencia, pero todos comparten una misma filosofía.
La esencia de One Shot Hotels
La esencia de One Shot Hotels nace de la convicción de que cada ciudad tiene una identidad propia, un ritmo y una manera de sentirse que merecen ser vividos desde dentro. Por eso, la cadena apuesta por hoteles que se integran de forma natural en el tejido urbano, ubicados en lugares que forman parte de la vida real de la ciudad y no solo de sus postales. Sus proyectos colaboran con artistas, artesanos y talentos locales, creando espacios con carácter, cálidos y personales, donde el viajero no se siente espectador, sino parte del lugar. Más que un hotel, One Shot Hotels propone una casa temporal: cercana, auténtica y conectada con la experiencia de descubrir una ciudad como si ya pertenecieras a ella.

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