La sorprendente transformación de Thomas Monaghan, fundador de Domino’s Pizza, que dejó su imperio para crear una ciudad dedicada a los valores cristianos en el corazón de Florida.
La historia de Thomas Monaghan, el fundador de Domino’s Pizza, es una de las más inusuales y fascinantes de los últimos tiempos. Después de construir un imperio de miles de pizzerías, Monaghan decidió vender su compañía en 1998 para embarcarse en un proyecto radicalmente diferente: la creación de Ave María, una ciudad católica en Florida que refleja sus profundas creencias religiosas. A lo largo de este artículo exploraremos la historia de Monaghan, su motivación detrás de Ave María, y cómo esta comunidad se ha consolidado como un experimento social y espiritual único.

Los orígenes modestos de un magnate de la pizza
Thomas Monaghan nació en 1937 en Michigan, EE.UU., y su vida estuvo marcada desde el principio por dificultades. A los cuatro años, perdió a su padre, lo que llevó a su madre a confiar su cuidado y el de su hermano a un orfanato católico. Allí, Monaghan fue criado por monjas, una experiencia que dejó una marca profunda en su vida espiritual, aunque su camino hacia el éxito no sería directo ni fácil.
Tras un intento fallido de estudiar en un seminario católico —donde fue expulsado por su comportamiento desordenado—, Monaghan no desistió y siguió buscando maneras de mejorar su vida. Fue en este contexto que, en 1960, decidió junto a su hermano James comprar una pequeña pizzería llamada Dominick’s en Ypsilanti, Michigan, por menos de 900 dólares. Poco tiempo después, Monaghan compró la parte de su hermano a cambio de un Volkswagen escarabajo y renombró el negocio como Domino’s Pizza.
La expansión de Domino’s Pizza: un éxito meteórico
Bajo el liderazgo de Monaghan, Domino’s Pizza creció rápidamente durante las décadas de 1970 y 1980. El empresario introdujo innovaciones como el sistema de entrega a domicilio en 30 minutos o menos, lo que revolucionó el modelo de negocio de las pizzerías. Para 1983, Domino’s contaba con más de 1.100 sucursales en todo el mundo, consolidándose como una de las cadenas de comida rápida más grandes del planeta.
A pesar de su éxito financiero, Monaghan comenzó a cuestionar el propósito de su vida. Inspirado por la lectura de Mero cristianismo de C.S. Lewis, una obra que explora la naturaleza de la fe cristiana, decidió que su verdadero llamado no era vender pizzas, sino dedicarse a promover los valores del cristianismo.
De los negocios a la fe: el nacimiento de Ave María
En 1998, Monaghan tomó una decisión radical: vender Domino’s Pizza por mil millones de dólares y dedicar el resto de su vida y fortuna a proyectos religiosos y caritativos. Uno de los más importantes fue la creación de Ave María, una ciudad planificada en el suroeste de Florida diseñada para ser un refugio para las familias católicas y un centro de educación basado en los valores cristianos.
Ave María no solo es una comunidad residencial, sino también un complejo académico y espiritual. En el corazón de la ciudad se encuentra la Universidad Ave María, fundada por Monaghan en 2003 con la misión de proporcionar una educación de calidad fundamentada en los principios de la fe católica. A día de hoy, la universidad es un centro educativo clave en la región, atrayendo a estudiantes de todo el país y del mundo.
Una ciudad diseñada para la fe
La planificación urbana de Ave María refleja en cada detalle la influencia de los principios católicos que guiaron a Monaghan. Las calles llevan nombres de santos y figuras religiosas, y en el centro de la ciudad se erige una imponente iglesia que actúa como punto focal de la comunidad. Este templo monumental, hecho de acero y vidrio, ha sido concebido como un símbolo de la misión espiritual de la ciudad, un lugar donde se celebran los sacramentos y la vida comunitaria gira en torno a la fe.
Además de la iglesia principal, Ave María cuenta con una capilla de adoración perpetua, donde los fieles pueden rezar las 24 horas del día. Este enfoque en la vida religiosa está respaldado por una variedad de programas educativos y espirituales para todas las edades, desde estudios bíblicos hasta grupos de formación y ministerios laicos.
Ave María: un modelo de comunidad católica
La visión de Monaghan para Ave María no se limita a la vida espiritual, sino que también abarca aspectos sociales y económicos. La comunidad fue diseñada para ser autosuficiente, con servicios como tiendas, consultorios médicos, bibliotecas, y centros recreativos que permiten a los residentes llevar una vida completa sin salir de la ciudad. Además, se fomenta un estilo de vida familiar y comunitario, con un fuerte énfasis en los valores tradicionales.
Uno de los aspectos más interesantes de Ave María es su modelo de gobernanza. Aunque no es una ciudad incorporada, la gestión de la comunidad se lleva a cabo a través de un distrito especial llamado Ave María Stewardship Community District, que actúa como una especie de gobierno local encargado de mantener la infraestructura y los servicios públicos.
Controversias y críticas
No obstante, el proyecto de Monaghan no ha estado exento de críticas. Algunos detractores consideran que Ave María es un intento de imponer una visión religiosa demasiado rígida en la vida cotidiana de sus habitantes. Otros cuestionan la relación entre religión y política en una comunidad que, aunque abierta a personas de diferentes creencias, se basa en una visión claramente católica.
A pesar de estas críticas, Ave María ha seguido creciendo, atrayendo tanto a católicos devotos como a personas interesadas en vivir en un entorno que promueve la vida familiar y los valores tradicionales. La ciudad se ha adaptado a los cambios sociales y, aunque Monaghan sigue siendo una figura influyente, el proyecto ha adquirido una vida propia, con una comunidad diversa que encuentra en Ave María un lugar donde vivir sus valores, independientemente de su fe.
El legado de Thomas Monaghan
Thomas Monaghan ha pasado de ser conocido como el magnate de las pizzas a ser visto como un filántropo y visionario religioso. Su transformación personal y el nacimiento de Ave María son testimonios del poder de la fe y la determinación de utilizar la riqueza para el bien común. Aunque algunos puedan cuestionar su enfoque, no se puede negar que Monaghan ha creado algo único: una ciudad construida sobre la base de sus creencias más profundas y su deseo de acercar a las personas a Dios.
Ave María sigue siendo un experimento vivo, una comunidad que busca equilibrar la vida moderna con los valores tradicionales. A medida que continúa su crecimiento, la pregunta persiste: ¿puede un proyecto tan centrado en la fe prosperar en un mundo cada vez más secular?
¿Qué opinas tú sobre este tipo de iniciativas? ¿Crees que es posible combinar fe y modernidad en una comunidad como Ave María?
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