Las patatas son esenciales en la cocina, pero su conservación siempre ha sido motivo de debate. Muchas personas creen que el lugar ideal para guardarlas es en una despensa fresca y oscura. Sin embargo, estudios recientes sugieren que el frigorífico podría ser la mejor opción. Pero, ¿por qué este cambio? En este artículo, analizaremos la razón detrás de esta recomendación, desmentiremos mitos comunes y te daremos los mejores trucos para alargar la vida útil de tus patatas.

Historia y Mitos sobre la Conservación de Patatas

La patata, originaria de América del Sur, ha sido un alimento básico en muchas culturas durante siglos. Desde su introducción en Europa en el siglo XVI, se ha convertido en un elemento clave en la dieta de muchos países, especialmente en España. Las generaciones anteriores creían que almacenar las patatas en un lugar fresco y seco era la mejor forma de mantenerlas frescas. Este método evitaba que brotaran o se estropearan rápidamente.

Sin embargo, este consejo se basaba más en la falta de opciones que en la ciencia. Antes de la invención de los frigoríficos, las despensas y sótanos frescos eran los únicos lugares disponibles para almacenar alimentos perecederos. Con la tecnología moderna, han surgido nuevas investigaciones que desafían esta antigua creencia.

¿Por Qué el Frigorífico es la Mejor Opción?

La fundadora de «The Full Freezer», Kate Hall, ha propuesto que el frigorífico es en realidad el lugar más adecuado para conservar las patatas. Según sus estudios, las patatas refrigeradas pueden mantenerse frescas hasta cuatro semanas, el doble de lo que se lograría en una despensa tradicional.

Durante años, muchos evitaron el uso del frigorífico para las patatas debido a la preocupación de que el frío pudiera convertir los almidones en azúcares. Estos azúcares, al ser cocinados a altas temperaturas, podrían generar acrilamida, una sustancia potencialmente cancerígena. No obstante, investigaciones recientes de la Agencia de Normas Alimentarias (FSA) han demostrado que este riesgo es mínimo y que las patatas almacenadas en frío no representan un peligro significativo para la salud.

La Importancia del Control de la Humedad

Aunque el frigorífico es una opción viable, hay que tener cuidado con la humedad. Un ambiente demasiado húmedo puede acelerar el deterioro de las patatas. Para evitar esto, es recomendable envolver las patatas en una toalla de papel, que absorberá el exceso de humedad. Este simple truco puede prolongar aún más su frescura.

Además, es esencial evitar almacenar patatas junto a cebollas. Estos dos alimentos emiten gases que aceleran la maduración y el deterioro. Mantenerlos separados en el frigorífico o en compartimentos distintos es clave para evitar la descomposición prematura.

Cómo Conservar las Patatas Peladas

Uno de los problemas más comunes al cocinar con patatas es calcular mal la cantidad que necesitamos, lo que nos lleva a pelar más de lo necesario. ¿Qué hacer en estos casos para no desperdiciarlas? La mejor opción es sumergir las patatas peladas en un recipiente con agua y añadir un chorrito de limón o vinagre. Este método evitará que se oxiden y adquieran ese característico tono marrón. Una vez hecho esto, se pueden guardar en el frigorífico por uno o dos días.

Otra opción es envolver las patatas peladas en papel film o introducirlas en bolsas de congelación. Antes de cerrarlas, es importante asegurarse de que estén completamente secas para evitar la acumulación de humedad, lo que puede acelerar su deterioro.

¿Y las Patatas Cocidas?

En el caso de las patatas cocidas, lo ideal es cocinarlas con su piel y retirarla justo antes de consumirlas. Esto ayudará a mantener su frescura y propiedades durante más tiempo. Si ya las has pelado y cocido, espera a que se enfríen antes de meterlas en el frigorífico. Al igual que con las patatas crudas, asegúrate de secarlas bien y guardarlas en un recipiente hermético. De esta forma, conservarán su textura y sabor por más tiempo.

Receta: Puré de Patatas Cremoso

Para aprovechar al máximo tus patatas bien conservadas, te comparto una receta sencilla y deliciosa: Puré de Patatas Cremoso. Ideal para acompañar carnes, aves o pescado, este puré destaca por su suavidad y sabor intenso.

Ingredientes:

• 1 kg de patatas (preferiblemente patatas harinosas)
• 100 ml de leche entera
• 50 g de mantequilla
• 100 ml de nata líquida
• Sal y pimienta al gusto
• Nuez moscada (opcional)

Preparación:

1. Cocina las patatas: Pela las patatas y córtalas en trozos medianos. Colócalas en una olla con agua fría y añade una pizca de sal. Lleva a ebullición y cocina hasta que estén tiernas, aproximadamente 15-20 minutos.
2. Escurre y aplasta: Una vez cocidas, escurre bien las patatas y pásalas por un pasapuré o utiliza un prensa patatas. Es importante no usar una batidora, ya que puede dejar el puré gomoso.
3. Añade la mantequilla: Mientras las patatas aún están calientes, añade la mantequilla y mezcla bien hasta que se derrita completamente.
4. Incorpora la leche y la nata: Calienta la leche y la nata en una cacerola pequeña (sin que lleguen a hervir) y agrégalas poco a poco al puré, removiendo constantemente hasta obtener una textura suave y cremosa.
5. Sazona: Añade sal, pimienta y un toque de nuez moscada al gusto. Remueve bien para integrar los sabores.
6. Sirve caliente: Disfruta este puré como guarnición para cualquier plato principal. Su textura cremosa y su sabor suave lo convertirán en el acompañante perfecto.

Conclusión

El debate sobre el mejor lugar para conservar las patatas parece haber llegado a su fin. Gracias a las investigaciones recientes, sabemos que el frigorífico, si se utilizan las técnicas adecuadas para controlar la humedad, puede ser el mejor lugar para alargar la vida útil de este preciado tubérculo. Con unos simples trucos y cuidado, puedes disfrutar de patatas frescas durante más tiempo, listas para ser utilizadas en una gran variedad de recetas.

Así que, la próxima vez que compres patatas, no dudes en guardarlas en el frigorífico. ¡Tus comidas te lo agradecerán!