🔪 Truco de cocina
Si buscas una manera ingeniosa de potenciar el sabor de tus guisos sin necesidad de añadir mucha sal o especias adicionales, prueba a utilizar el concentrado de tomate congelado en cubos. Este truco no solo mejora el perfil de sabor, sino que también ayuda a controlar la acidez y enriquecer el color de los platos.
Para crear estos prácticos cubitos, necesitas una lata de concentrado de tomate de buena calidad. Vierte el contenido de la lata en una cubeta para hielo, rellenando cada compartimiento hasta el tope. Cubre la bandeja con papel film para evitar que absorban olores del congelador y congélalos durante al menos 4 horas, aunque lo ideal es dejarlos durante toda la noche.
El resultado es un concentrado de tomate en porciones únicas, que puede ser añadido directamente en salsas, estofados o guisos en cualquier momento del proceso de cocción. Además de darle un toque de umami, estos cubos facilitan el almacenamiento del tomate, evitando que el producto en lata se deteriore en el refrigerador.
Úsalos siempre que una receta pida tomate, especialmente en preparaciones como la salsa boloñesa o los estofados de carne y vegetales. Un consejo adicional: si a tu preparación le falta dulzura, añade una pizca de azúcar al cubo congelado antes de incorporarlo al plato caliente, equilibrando así cualquier exceso de acidez.
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