Es bien sabido que la gestión de la cocina de un restaurante es una de las piezas fundamentales a la hora de asegurar su correcto funcionamiento. Los chefs ponen un enorme esfuerzo en ofrecer platos novedosos y de gran sabor, pero también en mantener un orden que permita sacar adelante cada servicio. Por eso, la gestión puede convertirse en una tarea muy exigente. Por supuesto, acudir a los servicios adecuados, contar con la tecnología necesaria y disponer del personal más eficiente serán factores que harán que el restaurante funcione como un mecanismo de relojería, lo que permitirá presentar platos de calidad y mantener satisfechos a los comensales. A continuación, vamos a analizar algunas de las estrategias a seguir para que el restaurante funcione.
La comunicación, un punto indispensable
Una cocina de restaurante no puede funcionar si no hay comunicación. Es así de simple. Se trata de una maquinaria de precisión, y para que funcione cada parte debe estar correctamente comunicada con las otras. Por lo general, el punto más crítico, y donde más problemas suele haber en este aspecto, es entre la cocina y la sala. Por eso, hemos de poner nuestros esfuerzos en que eso no ocurra. Si los canales de comunicación están bien implementados, los trabajadores podrán realizar sus tareas correspondientes en harmonía con los demás y todo irá como la seda.
Recurrir a la tecnología
Para que un negocio sea competitivo ha de ofrecer el mejor servicio posible. Y para lograr esto, contar con la tecnología más avanzada será muy importante. Por ejemplo, los restaurantes necesitan ayudarse de un TVP, especialmente uno que ofrezca diferentes prestaciones. También pueden recurrir a otras herramientas de comunicación o de gestión. Esto agilizará los procesos de pago, pero también ayudará a mejorar la organización y la comunicación interna.
Almacenamiento externo, una solución para optimizar el espacio
En la hostelería no siempre se dispone del espacio deseado. Y eso, a menudo, se convierte en todo un problema que puede dificultar el trabajo. Cocinas pequeñas, pasillos estrechos o poco espacio de almacenaje son obstáculos que, a la larga, pueden generar más caos del que parece. En este sentido, la industria de la hostelería puede ayudarse de los servicios de guardamuebles. Existen multitud de soluciones de alquiler trasteros en Valencia, cuyas ventajas son la flexibilidad de tamaño, la accesibilidad y las condiciones controladas y seguras. Así, los restaurantes pueden emplearlos para guardar el mobiliario de las terrazas, especialmente durante los meses fríos del año, u otros equipamientos de uso puntual. También son un lugar perfecto para almacenar la vajilla de repuesto o la mantelería, ya que se trata de espacios protegidos del polvo y de la humedad.
Reducir la carta
Hay ocasiones en las que los restaurantes ofrecen cartas kilométricas con todo tipo de platos. Esto, lejos de ser un punto a favor, lo único que logra es complicar toda la gestión. Se requerirán más ingredientes, los cocineros necesitarán memorizar más recetas y los errores se multiplicarán. Una carta reducida, pero atractiva, será una solución más efectiva.