El vino espumoso recupera su consumo en España tras unos años de caídas en las ventas y ganan terreno las bodegas de comunidades autónomas como Castilla La Mancha, Valencia o Extremadura
Cualquier celebración o momento especial no está completo sin un buen brindis. Más allá de las fiestas de Navidad o fechas destacadas, reunirse en torno a la mesa y el mantel forma parte de nuestra idiosincrasia, una reunión que suele acabar con una copa de vino espumoso para brindar por cualquier motivo. No obstante, el sector del cava y del vino espumoso había visto en los últimos años un retroceso del consumo y de las ventas, pero en el último año ha recuperado parte del terreno perdido para volver a incrementar sus cifras de negocio. Así se ha visto reflejado en los datos que maneja el sector sobre el balance del pasado año 2017. De esta forma, durante el último año se produjo un incremento de la producción del 3 por ciento y se superaron los 252 millones de botellas vendidas. Cifras que se traducen en una facturación de más de 1.149 millones de euros, un 6,5 por ciento más que en 2016. Unas cifras importantes que también se vieron reflejadas en el mercado español, ya que dentro de nuestras fronteras el consumo aumentó casi un 5 por ciento y se vendieron más de 90 millones de botellas.
Un cambio en la tendencia del consumo tras unos años complicados para el sector, que ha sabido sobreponerse para volver a la senda del crecimiento. Y es que se ha perdido la idea de que el consumo de cava se limitaba a las celebraciones navideñas y se ha extendido la idea de que este vino es ideal para cualquier ocasión. No hay celebración que se precie en la que no se brinde con algún cava y es ideal para maridar con distintos tipos de platos y para ensalzar el sabor a un buen número de productos. Más allá del momento final del brindis tras la comida o la cena, el cava es ideal para acompañar ensaladas, pastas, arroces, el jamón ibérico, pescados, mariscos, algunas carnes como las blancas o las aves, quesos de oveja y, por supuesto, los postres. Toda una amplia gama de posibilidades para disfrutar de los espumosos que lo hacen un vino muy versátil y adaptado a los gustos de los consumidores.
Cuando se habla de cava todavía queda en el imaginario colectivo la idea de que es un producto catalán. Y razones no faltan para ello. Más del 90% del cava que se produce en España se elabora en esta comunidad pero es importante que la Denominación de Origen Cava no se circunscribe a ninguna región, sino que hace referencia a la forma tradicional de elaborar este producto. Tanto es así que en los últimos años ha habido un crecimiento importante tanto en el número de botellas producidas como en las ventas de botellas de cava y vino espumoso procedente de otras comunidades autónomas como Castilla La Mancha, Valencia, Extremadura, Navarra o Aragón. Son muchas las bodegas que apuestan ya por este tipo de producto y han sumado a su gama de caldos cavas, champagnes y vinos espumosos de gran calidad y muy demandados por los consumidores.
La Denominación de Origen Cava incluye vino elaborado en distintas regiones y provincias españolas como las cuatro catalanas, La Rioja, Navarra, Álava, Zaragoza, Badajoz y Valencia. No obstante, son muchas las bodegas de nuestro país que han apostado por ello en otras zonas y comunidades. Una de ellas es Castilla La Mancha, cuyas bodegas tienen muchos años de experiencia en la elaboración de este tipo de vinos y que han visto cómo ganaban reconocimiento y prestigio en los últimos tiempos. Muchas son las bodegas que han optado por este tipo de vino con resultados muy interesantes para los consumidores. Una de ellas es, sin duda, la bodega Dehesa de Luna, que cuenta entre sus productos con tres vinos espumosos, dos de ellos tipo champán y otro incluido en la D. O. Cava. Y es que también es por muchos desconocida la diferencia entre cava y champán, que no hace referencia a la forma de elaboración sino a las variedades de uva utilizadas para cada uno de ellos.
Así, el cava Luna Lunera Brut Nature, incluido en la D. O. en Requena (Valencia) es un vino elaborado con uvas Macabeo y Perellada elaborado con el método tradicional que dota de un carácter muy particular a este producto. Fresco, floral y con algunas notas cítricas este producto es ideal y una apuesta segura para cualquier ocasión. Sin embargo, para los más sibaritas esta bodega ha apostado por champán de calidad elaborado con uva Chardonnay y Chardonnay de Oger para productos especiales y limitados. Después de una crianza en botella de cuatro años, Jean Milan Brut Blanc de Blancs es un champán de madurez con aromas a frutas blancas, tropicales y cítricos que lo hacen ideal para recepciones, aperitivos, sorbetes o, incluso, cócteles. Por su parte, Jean Milan Terres de Nöel procede de un viñedo de 70 años cuidado con mimo para conseguir lo mejor de cada cepa. El resultado es un producto único y limitado, de gran calidad que será el colofón perfecto para cualquier ocasión.