Reclaman una «gran alianza política y científica» con inversión para lograr controlar, detener o curar esta bacteria
El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado, ha alertado este martes sobre la bacteria ‘xylella fastidiosa’, también conocida como el «ébola del olivo», que ya ha acabado con «miles y miles» de olivos en Italia y afecta también a cítricos, muchos frutales, ornamentales y viñedos. «Pone en peligro a toda la agricultura mediterránea».
Así lo ha explicado ante los medios Aguado antes de participar en una jornada organizada por AVA-Asaja, en la que han participado el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, para abordar esta «bacteria extraordinariamente peligrosa» que está en Italia, Marsella y Córcega, que posee «una capacidad de mutación extraordinaria» y que, como ocurre con las plagas, «no ha venido para irse, sino para quedarse».
Ha asegurado que la ‘xylella fastidiosa’ es «la gran preocupación» junto a la ‘mancha negra’ y el ‘greening’, porque pese a que se están intentando hacer «cordones de seguridad» para frenar su expansión, está superándolos y amenaza, de momento, a toda la agricultura italiana, francesa y del este de Europa.
Dado que la climatología es parecida y resulta benigna para la bacteria, Cristóbal Aguado ha advertido de que podría acabar en España y actualmente no existe cura más allá de la prevención. «Si llega a Valencia los palos van a ser tremendos: olivos, frutales, ornamentales, viñas… imaginad lo que sería Valencia», ha alertado, para incidir en que hasta los olivos milenarios presentes en la región «pasarían al olvido».
Por ello, ha instado a combatir la bacteria con una «gran alianza política y científica», con inversión y el apoyo de las empresas agroquímicas, dado que plagas como esta «pueden acabar con nuestra agricultura» y precisan de una respuesta global, con inversión y búsqueda de productos capaces de controlar, detener o curar esta bacteria.
CONTROLES FITOSANITARIOS
Por su parte, Ximo Puig ha indicado que esta bacteria es «casi como un cáncer» porque además de su poder de destrucción, «tarda en detectarse» y ha apostado por «medidas preventivas de control fitosanitario» más rígidas.
En este sentido, ha indicado que Europa, «que cierra fronteras para las personas de una manera impresentable, podría dedicarse más a cerrarle fornteras a las plagas, sería una mejor salida».