Valencia Gastronómica
Con Platero Food Studio & Experience el chef pretende cubrir un amplio abanico de propuestas gastronómicas que van desde cursos de cocina hasta eventos privados.
Platero Food Studio & Experience, uno de los últimos retos profesionales del chef Alejandro Platero, ha abierto sus puertas en Valencia. Se trata de un espacio innovador y multidisciplinar donde el valenciano realizará desde cursos de cocina hasta eventos privados.
Alejandro Platero ha querido con este proyecto dar un paso más en su carrera profesional cubriendo un gran abanico de propuestas gastronómicas con el que dejar patente su pasión por la cocina. Así, Platero Food Studio se convierte en su cuartel general y laboratorio de ideas. De hecho, allí se cocinarán las cartas de sus respectivos locales, Come&Calla y Macel·lum, y se formará al personal del grupo.
A su amplia programación de cursos de cocina, dirigidos tanto para amateurs como profesionales y donde se contará con la presencia de importantes chefs valencianos y nacionales, se suma una apuesta personal por la realización de coffee breaks, cooking class parties, team building y celebraciones privadas donde el propio chef cocinará en directo para los asistentes.
Junto a él, y detrás de todos sus proyectos, está siempre su mujer Raquel Bernal. Ella será, como experta sommelier, la encargada de realizar catas de vino y maridajes de manera periódica.
En la nueva página web www.platerofoodstudio.com se podrá acceder al calendario de cursos y a su venta online. También se permitirá reservar el espacio y se ponen a disposición del cliente los cheques para poder regalar experiencias gastronómicas en cualquiera de los espacios del Grupo Mulandhara.
Platero Food Studio, ubicado en la Calle Luis Buñuel del barrio de Campanar, es un local diáfano que cuenta con una zona de despacho, cocina y tres enormes mesas altas centrales. Con un marcado interiorismo de inspiración vintage chic, no faltan materiales cálidos como la madera combinada con el ladrillo caravista y el hierro. Especial mención merecen sus paredes forradas de cartelería antigua y el techo decorado con motos antiguas y redes de pescadores.
