A veces la gente piensa que las verduras solo sirven para ensaladas, sofritos o guisos, pero también pueden prepararse de maneras originales y sorprendentes. Un ejemplo de ello son las alcachofas empanadas y fritas. Básicamente, se cuecen previamente para que se ablanden y después se mezclan con huevo y pan rallado para freírlas en aceite. De esta manera, obtienen una combinación de sabores y una capa crujiente en el exterior que contrasta con la blandura del interior al morderlas. Una elaboración que puede servir como aperitivo, entrante e incluso a modo de guarnición.