La alimentación actual se basa en hidratos de carbono equivocados, una fuente de energía muy importante para nuestro organismo, aunque no es la única ni muchísimo menos. En lugar de azúcares, dulces y bollería, son más saludables los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, de absorción lenta y duradera; los cereales integrales (pan integral, arroz integral, avena, mijo…), paté vegetal. Dentro de los macro y micronutrientes existentes, actualmente los carbohidratos y las grasas son los «culpables» de los problemas alimentarios de nuestro tiempo, al menos para la población general. Pero las cosas no son tan simples como parecen a primera vista, dado que esto es una visión simplista del gran problema que implica la obesidad.
La alimentación natural es la base para disfrutar de una vida sana
Super alimentos como, el azúcar de abedul, azúcar de coco, chlorella, hierva de cebada, hierva de trigo, maca andina… Alimentos que poseen una alta composición de nutrientes y muchas propiedades de alto beneficio para la salud y que podrás encontrar en un herbolario online, por ejemplo y cereales refinados (no tan ricos como los integrales: arroz blanco, pastas, pan blanco) También legumbres, algunas horatilza (patata, boniato, calabaza). Las algas como una excelente fuente de carga mineral y proteica altamente beneficiosa para nuestro organismo, las especias o la fruta.
El hierro es otro aporte indispensable para nuestro organismo y en buen ánimo. Su carencia suele provocar un estado permanente de cansancio: lo contienen las visceras, la carne roja, las verduras de hoja verde (espinacas, berro, escarola, endibia, calabacín perejil,) todas las leguminosas (haba, guisante, garbanzo, soja, lenteja) los frutos secos, la avena y algunos pescados y mariscos (almejas, pulpo, sardinas en aceite y frescas, salmón, trucha).
Todo ello se puede combinar con complementos alimenticios que son aquellos que se definen como una fuente complementaria y concentrada de nutrientes importantes para el organismo. De igual forma contienen otras sustancias alimenticias que brindan efectos positivos, tanto nutricional como fisiológicamente.
Otro aspecto a tener en cuenta es el Calcio que ayuda a metabolizar el hierro y provee de fuerza y energía. Lo contienen los lácteos y derivados, frutos secos, frutas desecadas, leguminosas, pescado (sardina en aceite, merluza), hortalizas (berro, brécol, coliflor, col, puerro, judía verde, acelga) y algas. El sésamo es, posiblemente, el alimento mas completo en calcio, en su forma asimilable.
También es recomendable los alimentos ricos en triptófano: cacao puro, leche y otros lácteos, kiwis, plátanos, naranjas, germen de trigo, frutos secos.
Tirosina: trigo, huevos, soja.
Folatos: en legumbres , los cereales y algunas verduras.

Las vitaminas y minerales. Pueden ser adquiridos a través de los suplementos vitamínicos siempre son necesarios para el organismo, ya sea para combatir la fatiga, cubrir carencias de vitaminas y minerales, y hasta para fortalecer el cabello. Todas las personas, sin importar su edad o condición, necesitamos de complejos de micronutrientes para el óptimo desarrollo y funcionamiento del organismo
Una alimentación natural
Si buscamos seguir una alimentación basada en el consumo de alimentos naturales, que además no solo sea respetuosa con el medio ambiente, sino que sea adecuada para nuestra propia salud, es necesario tratar de mantener una dieta lo más natural posible. Esto incluye, obviamente, eliminar por completo aquellos alimentos que incluyan ingredientes artificiales en su composición.
Por ejemplo, deberíamos evitar alimentos que contengan aditivos artificiales, como conservantes, saborizantes, colorantes y antioxidantes no naturales.
Y, para conseguirlo, es necesario convertirnos en unos consumidores más responsables y prestar especial atención al etiquetado de aquellos alimentos procesados que compramos en el supermercado, analizando con paciencia el apartado de ingredientes del mismo. Lo que nos ayudará, además, a descubrir si este producto alimenticio es o no saludable, especialmente si leemos el etiquetado nutricional del mismo y nos fijamos en el porcentaje de hidratos de carbono en forma de azúcares y en las grasas.