Había una vez un payaso llamado Ronald, que trabajaba en un pequeño restaurante de hamburguesas en el centro de la ciudad. Ronald era muy divertido y siempre hacía reír a los clientes mientras preparaba sus deliciosas hamburguesas.
Pero una noche, algo extraño sucedió. Ronald comenzó a actuar de manera extraña, sus ojos se volvieron negros y su risa se volvió malvada. Los clientes comenzaron a sentirse incómodos y decidieron dejar el restaurante.
La gente del vecindario comenzó a hablar de una maldición en el restaurante de las hamburguesas. Decían que el payaso Ronald había sido posesionado por un espíritu maligno y que las hamburguesas que preparaba estaban hechas con carne humana.
Los valientes que decidían probar las hamburguesas, jamas volvían a salir del lugar. El payaso Ronald había creado una trampa para atraer a sus víctimas con su encanto y luego matarlos y utilizar sus cuerpos para las hamburguesas.
La gente comenzó a evitar el restaurante y pronto se convirtió en un lugar abandonado y olvidado. Pero se decía que si alguien pasaba cerca de allí por la noche, podía escuchar la risa malvada de Ronald y ver su figura en la ventana, esperando a su próxima víctima.
La historia de este payaso hamburguesero se convirtió en una leyenda urbana, y los niños se asustaban con ella, pero nadie sabia realmente si era verdad o no.