AINIA se suma a la celebración del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos el 29 de septiembre
Los investigadores de AINIA desarrollan proyectos de I+D+i y líneas de trabajo orientadas a lograr procesos más eficientes con los que lograr la transición agroalimentaria hacia la sostenibilidad
Valencia, 28.09.2022. El compromiso de AINIA con la sostenibilidad y el medioambiente se dirige especialmente al desarrollo de líneas y proyectos de I+D+i que, bajo criterios de sostenibilidad, supongan un impacto positivo en el entorno. Por ello, sus propuestas van dirigidas a generar soluciones de innovación integrales y alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, AINIA ha explicado algunas soluciones tecnológicas orientadas a lograr procesos más eficientes y sostenibles mediante la valorización y el aprovechamiento de recursos y subproductos, evitar el desperdicio de frutas y hortalizas o el uso de nuevas fuentes de proteínas vegetales para el desarrollo de nuevos productos.
Valorización y aprovechamiento de recursos
Actualmente cada habitante genera un promedio de 0,5 toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU) por año. Alrededor del 40-50% corresponde a residuos orgánicos que contienen carbohidratos, proteínas y lípidos, que pueden servir como materias primas para el desarrollo de bioproductos. Su valorización contribuye a reducir la contaminación ambiental y la transición de una economía circular lineal a una circular.
En este contexto, los investigadores de AINIA han desarrollado prototipos de bolsas de basura, films para agricultura y envases cosméticos, a partir de un bioplástico obtenido de residuos orgánicos. Este bioplástico es uno de los resultados obtenidos en el marco del proyecto europeo URBIOFIN. Un proyecto demostrativo sobre la viabilidad tecno-económica y medioambiental de una biorrefinería para revalorizar residuos urbanos orgánicos y convertirlos en bioproductos, para su producción a escala semiindustrial.
Otra de las propuestas de AINIA es la valorización de subproductos agrícolas como fuentes alternativas de ingredientes alimentarios, dado el gran volumen que se genera y la gran cantidad de fibra alimentaria que contienen.
En el marco del proyecto VALUÓS se está realizando una valorización integral de estos residuos a partir de tres grandes grupos de cultivos con un importante volumen de producción: cítricos, sandía y caqui y sus respectivos subproductos. El objetivo es obtener ingredientes con propiedades tecnológicas y nutricionales mejoradas con los que elaborar postres lácteos, gominolas, snacks o toppings.
Evitar el desperdicio de frutas y hortalizas
Casi 80 millones de toneladas de vegetales son desperdiciadas anualmente en la producción primaria en Europa. De ellas, 30 millones es fruta que no llega a consumirse nunca por daños causados por plagas o porque cae al suelo y no es recolectada. Sin embargo, podría aprovecharse en diversos usos: comida para animales, extractos, zumos, productos procesados, aromas, azúcares o biomasa.
Entre las soluciones para evitar o reducir estas pérdidas el uso de la robótica colaborativa es una de las más innovadoras. En este sentido, AINIA ha desarrollado un sistema de teledetección compacto para controlar enfermedades de cultivos en explotaciones agrícolas. Esta tecnología permite en tiempo real, detectar, evaluar y diagnosticar enfermedades, plagas y daños en los árboles, para una mejor gestión de los cultivos.
Asimismo, han desarrollado una plataforma robótica móvil para recolectar fruta del suelo y poder darle un segundo uso. El proyecto Foodcollect se concreta en la creación de un robot recolector que incorpora tres principales innovaciones: navegación autónoma, gracias a una plataforma robótica móvil; un brazo para la recolección y un sistema avanzado de visión para la detección y localización de la fruta.
Búsqueda de proteínas alternativas
Se estima que necesitaremos generar un 70% más de alimentos para poder satisfacer la demanda de la población mundial en las próximas décadas. Los licuados, yogures y quesos procedentes de fuentes vegetales, suponen una de las opciones a la búsqueda de proteínas alternativas, que contribuyan a lograr una alimentación sostenible y respetuosa con el medioambiente.
Entre los trabajos que están realizando en AINIA se encuentra la aplicación de diferentes procesos y tecnologías avanzadas de fermentación que permitan, a partir de materias primas vegetales, conseguir las características tecnológicas, nutricionales y sensoriales deseadas. Es el caso del proyecto de investigación FerVeLact que investiga el desarrollo de nuevos productos que mimeticen las características de los productos lácteos (leche, yogur o queso) a partir de fuentes vegetales de la Comunidad Valenciana como la chufa, la almendra, el altramuz y el lino.
La actividad de AINIA generó 49 millones de impacto en los ODS en 2021
AINIA logró un impacto de 49 millones de euros en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) durante 2021 gracias a su actividad central, la I+D+i. Actividad en la que todos sus proyectos están orientados a desarrollar soluciones de innovación alineadas con los retos sociales y los ODS en sus áreas de negocio: alimentación del futuro, calidad y seguridad alimentaria, salud y bienestar, transición verde y transformación digital.
El centro tecnológico obtuvo un retorno en impacto social de 16,68 euros por cada euro invertido en sus actividades, según la metodología SROI (Social Return of Investment).
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AINIA es un centro tecnológico constituido en 1987 como asociación privada sin fines lucrativos. Con 35 años de experiencia, trabaja para impulsar la competitividad de las empresas a través de la innovación. Es uno de los centros tecnológicos europeos con mayor base social empresarial, con más de 700 empresas asociadas y más de 1.500 clientes. Su sede central está en València (España).