Truco de cocina
¿Alguna vez has cocinado un estofado o sopa y al día siguiente el sabor es mucho mejor? Esto se debe a que los sabores tienen tiempo para fusionarse. Aprovecha este fenómeno de manera más controlada y rápida utilizando una técnica de reposo en varios niveles. Al cocinar un guiso, salsa o incluso una marinada, divídelo en dos etapas de cocción y enfriamiento. Cocina tu plato a fuego lento durante la mitad del tiempo total de cocción indicado en la receta. Luego, deja que se enfríe completamente antes de continuar cocinando más tarde. Este enfriamiento puede durar una o dos horas o puedes dejarlo en el refrigerador hasta el día siguiente.
En el segundo nivel, vuelve a calentar el plato y completa la cocción. Este proceso permite que las proteínas, grasas y especias se asienten y mezclen más profundamente. Funciona especialmente bien con platos de carne, legumbres y cualquier receta que utilice líquidos aromatizados.
Además, este truco es útil para una gestión del tiempo más eficiente en la cocina; puedes cocinar en etapas según tu horario, y lograrás un plato con sabores más intensos y profundos, sorprendiendo incluso a los paladares más exigentes. Consejo adicional: durante el enfriamiento, si el líquido se reduce demasiado, añade un poco de agua o caldo para ajustar la consistencia al final. ¡Así tendrás una comida sabrosa y jugosa!
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