🔪 Truco de cocina
¿Te resulta complicado pelar tomates sin perder parte de su pulpa? Este sencillo truco te ayudará a hacerlo de manera eficiente y casi sin esfuerzo, preservando al máximo el fruto. Lo primero que debes hacer es preparar un cuenco con agua y hielos para asegurar que esté bien fría. A continuación, lleva a ebullición una olla con agua suficiente para cubrir completamente los tomates que vas a pelar.
Haz una pequeña incisión en forma de cruz en la base de cada tomate, lo que facilitará el proceso. Sumerge los tomates en el agua hirviendo por unos 20 a 30 segundos, lo suficiente para que la piel comience a desprenderse. Inmediatamente después, traslada los tomates al cuenco con agua helada. Este choque térmico hará que la piel se desprenda prácticamente sola con un simple empujón de tus dedos o la ayuda de un cuchillo para pelar.
Este método no solo ahorra tiempo, sino que además garantiza que la pulpa del tomate permanezca intacta, perfecta para recetas donde la textura es esencial, como salsas finas o en platos que requieren una presentación elegante. Si deseas almacenar los tomates pelados por un tiempo, rocíalos con un poco de jugo de limón y guárdalos en un recipiente hermético en la nevera, extendiendo así su frescura.
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