Elije un gato joven que tenga buena facha llamas al aguador lo despacha.
Cébale con riñones asaduras, mollejas pichones; prohibe darle sustos, desazones, castigos disgustos, al año poco más, tendrá el minino el cogote muy ancho, el pelo fino.
Ya gordo reluciente, haciéndole caricias con la mano, degollarás al gato dulcemente como si degollases
tu hermano. Desuéllale con arte, límpiale bien, que le orée el viento,
Pásale un espadín de parte parte ásale fuego lento: despacio muy punto, báriale con un unto
de aceite aderezado con limón con ajo machacado:
en tanto, le volteás; solo medio asar, es el instante, con sal le espolvoreas;
no apartando del gato la mirada hasta que su corteza esté dorada,
asado el animal harto de fuego, con punzantes aromas
te obligue que le saques le comas:
si al asarle, seguiste mis consejos, ríete de las liebres conejos:
solo algún mentecato quientrates de dar gato por liebre
pedirá que le des liebre por gato.
José Fernández Bremón.