En cuerpo y el alma: después del maratón, paella valenciana en Masía del Vino

6 diciembre, 2025
6 mins read

Rentarte el cuerpo y el alma: después del maratón, paella valenciana en Masía del Vino

Cruzar la meta de un maratón es mucho más que sumar 42 kilómetros al reloj. Es completar meses de entrenamiento, madrugones, series, tiradas largas y renuncias. Es emoción, cansancio, orgullo y una sonrisa que cuesta borrar de la cara. Y si hay una ciudad que ha convertido esa mezcla en un arte, esa es Valencia, hoy en día una de las grandes capitales mundiales del running.

El ambiente de la Maratón de Valencia empieza mucho antes del disparo de salida y se alarga mucho después de cruzar la línea azul. Calles llenas de público, bandas de música, voluntarios, amigos animando en cada esquina y una ciudad que se vuelca con el corredor. Pero hay un momento clave que todo maratoniano tiene en la cabeza cuando acaba la carrera: el premio final. Y, en Valencia, ese premio tiene casi siempre sabor a arroz.

Porque, seamos sinceros: después de tantas semanas cuidando la alimentación, de pensar en geles, bebidas isotónicas y cargas de hidratos, el cuerpo pide algo más que un simple bocadillo. Pide sentarse, relajarse, brindar y disfrutar de una comida que esté a la altura del esfuerzo realizado. Y pocas recompensas hay más coherentes con la identidad de la ciudad que una auténtica paella valenciana compartida en buena compañía.

Del arco de meta a la mesa: por qué la paella es el premio perfecto

La escena se repite cada año: corredores con la medalla colgada al cuello, fotos con amigos y familiares, mensajes de felicitación en el móvil… y, poco después, la misma frase: “¿Dónde vamos a comer?”. En ese instante, el deseo es claro: una paella de verdad, sin prisas, en un entorno agradable y con la sensación de estar cerrando un día histórico.

Más allá del antojo, la paella valenciana tiene mucho sentido como comida postmaratón. El arroz aporta hidratos de carbono para ayudar a reponer el glucógeno muscular, las proteínas del pollo y el conejo contribuyen a la recuperación, y las verduras tradicionales (bajoqueta, garrofó) complementan el plato con fibra y micronutrientes. Todo ello, en una receta que forma parte del ADN cultural de la ciudad.

La paella no es solo comida; es un ritual social. Se cocina para compartir, se sirve al centro, invita a conversar, a brindar, a repasar la carrera kilómetro a kilómetro. Por eso muchos corredores guardan tanto cariño a esos momentos alrededor de la paella como al propio paso por meta.

Masía del Vino: un refugio gastronómico tras la carrera

En medio de esa búsqueda del lugar perfecto aparece una propuesta que encaja como un guante: Masía del Vino. No se trata de un restaurante más, sino de un espacio que conserva el encanto de las casas rurales valencianas, con una cocina centrada en el producto y la tradición, donde el arroz se respeta y se mima como merece.

La idea es sencilla pero poderosa: después del bullicio del circuito urbano, del ruido, de la música y de la multitud, Masía del Vino ofrece justo lo contrario. Un entorno tranquilo, acogedor, de aire mediterráneo, donde el ritmo deja de marcarlo el cronómetro y pasa a marcarlo el fuego que cocina la paella.

Una masía con alma valenciana

La estética de Masía del Vino remite a la huerta, a las casas de campo donde siempre huele a leña, a vino y a guisos de domingo. Es el tipo de lugar donde uno entra cansado, pero en cuanto se sienta empieza a notar cómo se relaja el cuerpo y la mente. Tras un maratón, esa sensación es oro puro.

El ambiente es ideal para corredores que llegan en grupo, parejas que quieren celebrar su marca personal, familias que han estado animando desde el primer kilómetro o amigos que se han reunido en Valencia para vivir la experiencia juntos. La masía permite prolongar la fiesta, pero de una manera más calmada, más auténtica y muy valenciana.

La paella valenciana auténtica: sin atajos ni atajos turísticos

Una de las grandes batallas gastronómicas de Valencia es la defensa de la paella auténtica frente a las versiones aceleradas o directamente deformadas que a veces se ofrecen en zonas muy turísticas. En ese sentido, Masía del Vino juega en el equipo de la tradición: respetar la receta, los tiempos, el fuego y el producto.

Los ingredientes que mandan

La paella valenciana clásica se elabora con arroz, pollo, conejo, bajoqueta, garrofó, tomate, aceite de oliva, agua, sal y azafrán o colorante. No hay chorizo, no hay marisco, no hay mezclas improvisadas. Hay una base de sofrito bien hecha, un caldo sabroso y un arroz que absorbe todos esos matices hasta quedar en su punto justo.

En Masía del Vino el producto se cuida al detalle: carnes de calidad, verduras frescas y un arroz adecuado para conseguir una buena textura y un socarrat equilibrado. Se nota cuando se pincha el primer grano y cuando el paladar reconoce ese sabor que muchos identifican con la infancia, los domingos en familia y las comidas de fiesta mayor.

El fuego lento como secreto

La diferencia entre una paella correcta y una gran paella suele estar en algo tan sencillo (y tan difícil de respetar) como el tiempo. Cocinar sin prisas, dejar que el caldo se reduzca de manera uniforme, atender la paella sin abandonarla y sin marearla. En un mundo donde todo parece ir acelerado, este tipo de cocina es casi una declaración de intenciones.

Para el corredor, ese contraste es perfecto: después de haber pasado horas pendiente del ritmo, del pulso y de los parciales, sentarse a ver cómo llega la paella a la mesa, todavía humeante, es una forma de cambiar de marcha y entrar en modo celebración.

Recuperar cuerpo y cabeza: mucho más que comer

Tras un maratón, la recuperación no es solo física. El cuerpo necesita reponer energía, pero la mente también necesita procesar lo vivido. A veces el corredor tarda días en asimilar que realmente ha completado los 42 kilómetros. Ese proceso de “bajar a tierra” suele comenzar, precisamente, en la mesa.

Entre bocado y bocado, se vuelven a recorrer los kilómetros: dónde han aparecido las primeras molestias, cómo ha ayudado un aplauso inesperado, en qué punto ha llegado el famoso muro, cómo han influido el clima o el recorrido… Es casi una crónica en directo, pero con la tranquilidad de saber que la meta ya está lejos y lo que queda por delante es descanso.

La paella de Masía del Vino se convierte así en un punto y aparte, en una especie de ceremonia de cierre de la carrera. Es el momento de brindar, de enseñar la medalla, de hacer fotos para recordar el día y, sobre todo, de sentirse parte de algo que va más allá del deporte: la cultura y la gastronomía de un territorio.

Más allá de la paella: una experiencia completa

Aunque la paella sea la gran protagonista, Masía del Vino ofrece una experiencia gastronómica más amplia. Entrantes tradicionales, carnes, platos al horno, embutidos, vinos cuidadosamente seleccionados y postres caseros completan una carta en la que cada comensal puede encontrar su combinación perfecta.

Para muchos corredores, el plan ideal tras el maratón incluye precisamente eso: picar unos entrantes, compartir una buena paella y rematar con un postre y un café, sin prisa, dejando que el cuerpo se recupere poco a poco. La masía, con su ambiente relajado, invita a alargar la sobremesa tanto como las fuerzas permitan.

Un recuerdo que se queda unido a la ciudad

Quien corre una maratón en Valencia no solo recuerda el circuito, el tiempo que ha hecho o la organización. Recuerda también dónde durmió, quién le animó, qué vio de la ciudad y, por supuesto, qué comió después de cruzar la meta. La gastronomía forma parte del recuerdo tanto como la propia carrera.

Por eso, elegir bien ese lugar donde celebrar el esfuerzo es casi tan importante como elegir bien las zapatillas o el plan de entrenamiento. Una buena paella en un entorno auténtico, como el que ofrece Masía del Vino, puede marcar la diferencia entre un simple “he corrido un maratón” y un “he vivido un fin de semana inolvidable en Valencia”.

Al final, correr es una forma de conocer ciudades desde dentro. Y muy pocas formas hay más sinceras de conocer Valencia que sentarse, ya con la medalla al cuello, frente a una paella humeante, un buen vino en la copa y la sensación de que todo el esfuerzo ha merecido la pena.

Sobre mi

Valencia recetas y gastronomía Ama la sitiología #gastronomia #paella #bibliografo detesta lo desabrido y frugal. Es @cocimaniaco con #recetas

Follow Me

Previous Story

Alerta sanitaria por un calendario de Adviento Milka con alérgenos no etiquetados en español

Latest from Blog

Descubre el secreto del atascaburras manchego que conquistará tu mesa

Imágenes de la Receta Ingredientes Instrucciones 🖨️ Imprimir Receta 📲 Compartir en WhatsApp Título: Atascaburras Manchego 🍽️ Ingredientes Cantidad Ingrediente 500 g Patatas 200 g Bacalao desalado 4 Huevos 4 Ajos 100 ml Aceite de oliva virgen extra Al gusto Sal Al gusto Nueces para decorar 👨‍🍳 Instrucciones Hierve las

La cosecha del dátil de Elche cae un 10% por las lluvias de octubre

La cosecha del dátil de Elche cae un 10% por las lluvias de octubre 30/11/2025 Redacción Una producción marcada por la meteorología La campaña del dátil de este año en Elche se ha visto afectada por las intensas lluvias de octubre, que han provocado una reducción del 10% respecto a

Cestas de Navidad personalizadas en Super Gourmet: el regalo que nunca falla

Cestas de Navidad personalizadas en Super Gourmet: el regalo que nunca falla Este año, regalar algo especial es más fácil que nunca. Las cestas personalizadas de Super Gourmet se han convertido en una de las opciones más buscadas para sorprender a familiares, amigos o clientes. Una selección cuidada de productos
GoUp

Don't Miss

Furor en Valencia por una tarta de queso a 0,99 euros: el fenómeno que arrasa en el centro

Furor en Valencia por una tarta de queso a 0,99

83 años haciendo el cocido más completo de Madrid: La