🔪 Truco de cocina
¿Alguna vez has cocinado pollo y te has quedado con una piel sobrante que no sabías cómo aprovechar? Aquí te traigo un truco que no solo evitará el desperdicio de alimentos, sino que además añadirá un toque de sabor y textura a tus platos: convierte la piel de pollo en crujientes «chips» de pollo. El proceso es sencillo y te quedarás sorprendido con el resultado.
Comienza limpiando bien las piezas de piel del pollo, asegurándote de retirar cualquier residuo de grasa excesiva. Precalienta el horno a 200°C y en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, extiende bien las pieles. Espolvorea sal, pimienta y tus especias preferidas. Algunas opciones podrían ser pimentón ahumado, ajo en polvo o incluso una mezcla de hierbas secas. Cubre con otro papel vegetal y coloca otra bandeja encima, lo cual ayudará a que las pieles queden planas al hornearse.
Hornea durante 30-40 minutos o hasta que estén doradas y crujientes. Este sencillo paso extra transforma un sobrante en un delicioso acompañamiento o un crujiente sustituto de crutones para tus ensaladas.
La versatilidad de estas «chips» de pollo te permitirá usarlas en innumerables platillos. Son perfectas para añadir un elemento crujiente en tacos, acompañar sopas o incluso como un snack diferente. Asimismo, puedes almacenarlas en un recipiente hermético para mantener su textura durante varios días.
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