La tabla de quesos variados y la selección de embutidos son auténticos manjares que deleitan nuestros paladares en ocasiones especiales o en momentos de compartir con familia y amigos. Sin embargo, surge la preocupación de cómo conservar estos productos para evitar que se sequen y pierdan su calidad. En este artículo, te proporcionaremos consejos prácticos para conservar adecuadamente el embutido y el queso, garantizando su frescura y sabor durante más tiempo. Aprenderemos sobre la importancia de cortarlos a medida, protegerlos del oxígeno y elegir la temperatura de conservación adecuada. Descubre cómo disfrutar de estos exquisitos alimentos sin preocupaciones y mantenerlos en óptimas condiciones para futuras ocasiones de degustación.
Si hay dos puntales de la gastronomía ibérica, esos son el embutido y el queso. Si cuando salimos fuera de casa y vamos a un buen restaurante, seguramente los disfrutaremos en todo su esplendor. El problema surge en casa, cuando necesitamos conservar un queso manchego o un salchichón una vez que ya están empezados. Aquí van unos sencillos consejos.
Embutidos:
- Evita el frigorífico. En la medida de lo posible, intenta no meter salchichón, chorizo o similares en el frigorífico. Consérvalos siempre a temperatura ambiente y en un lugar fresco.
- Cuando esté empezado, pon la pieza boca abajo. Cuelga la pieza de embutido y, si es posible, boca abajo. Evita que las piezas se toquen entre sí para evitar la condensación de humedad y la aparición de moho.
- Mantén la pieza ventilada. Después de abrir el envoltorio, tapa el embutido con un trapo o papel de aluminio para permitir la ventilación.
- Acábatelo rápido. Consumir el embutido lo más pronto posible evita que se enrancie y adquiera olores indeseados.
- Corte a medida: Corta el embutido a medida que lo vayas consumiendo, evitando dejar grandes cantidades cortadas que sean difíciles de conservar.
- Almacenamiento adecuado: Si tienes embutido empezado, cuélgalo en un lugar fresco y seco, preferiblemente boca abajo para evitar la formación de moho. Evita que las piezas se toquen entre sí para evitar la condensación de humedad.
Quesos:
- Los de pasta blanda se conservan de manera diferente a los de pasta dura. Los quesos de pasta blanda tienen más agua y son más propensos a la aparición de bacterias. Suelen durar alrededor de un mes en el frigorífico, mientras que los de pasta dura tienen una ventana de duración mayor debido a su menor contenido de agua.
- Guárdalos en el cajón de las verduras de la nevera, ya que no necesitan un frío excesivo.
- Envuélvelos en papel film o su propio papel para protegerlos del contacto con otros alimentos y conservar su sabor y aroma.
- Atempera los quesos antes de consumirlos. Sacarlos de la nevera y dejarlos a temperatura ambiente para que alcancen su mejor sabor y textura. El tiempo de atemperado varía según el tipo de queso.
- Protección contra el oxígeno: El oxígeno es el principal enemigo del queso. Protege el queso con papel film o su propio papel para evitar la entrada de aire y la formación de bacterias.Temperatura de conservación: La temperatura ideal para conservar los quesos varía según su tipo. Los quesos de pasta blanda se conservan mejor en el frigorífico, mientras que los quesos de pasta dura pueden mantenerse a temperatura ambiente o en el frigorífico.Ubicación en la nevera: Guarda los quesos en el cajón de las verduras de la nevera, ya que es una zona con menor frío y mayor humedad, lo que favorece su conservación.
Siguiendo estos consejos, podrás conservar tanto el embutido como el queso en óptimas condiciones y disfrutar de su sabor y calidad durante más tiempo. Recuerda que la correcta conservación de estos productos es fundamental para mantener su frescura y evitar que se arruinen.
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