¿Pagarías tanto por una Margarita? Flavio Briatore dice que sí, y que encima le des las gracias
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La pizza Margarita, esa joya italiana que lleva siglos conquistando paladares con su sencillez, ha sido víctima de una subida de precios más escandalosa que un penalti mal pitado en la final del Mundial. Flavio Briatore, empresario, magnate y, al parecer, nuevo filósofo de la hostelería, ha decidido que pagar menos de 17 euros por una Margarita es una afrenta al buen gusto. Y si no estás de acuerdo, pues eres un envidioso, según sus propias palabras.
Un ticket que duele más que la cuenta del dentista
La historia comienza en Crazy Pizza, el restaurante que Briatore ha abierto en Nápoles, donde un cliente salió con el estómago lleno, pero el bolsillo vacío. Al compartir en Instagram su ticket de compra, el escándalo estalló como mozzarella derretida en horno sobrecalentado.
👉 Dos pizzas Margarita: 34 euros
👉 Una botella de agua con gas: unos cuantos euros más
👉 Un misterioso recargo: el toque final para que la clavada fuera histórica
👉 Total: 46 eurazos
Para ponerlo en contexto, en la cuna de la pizza, donde este manjar se considera casi un derecho humano, una Margarita suele costar menos de 5 euros. Así que la pregunta es clara: ¿qué tiene la de Briatore que vale más de tres veces su precio habitual?


«¿Pizza barata? ¡Eso no puede ser pizza!», dijo el sabio Briatore
Ante la ola de indignación, Briatore no ha tardado en responder con la humildad que le caracteriza (es decir, ninguna). El exjefe de la Fórmula 1 y ahora rey de la pizza de lujo se ha despachado a gusto:
🗣️ «¿Una pizza por cuatro euros? ¿Qué coloca esta gente en las pizzas?»
Aparentemente, si una pizza cuesta menos de 10 euros, debe llevar cemento en lugar de harina. Pero no contento con atacar el precio de la competencia, también ha decidido criticar la forma en que se hacen las pizzas en Nápoles, llamándolas “ladrillos de masa con un charco de tomate”.
🍕🤡 Vamos, que según Briatore, los napolitanos han estado haciendo pizza mal durante 300 años, y menos mal que ha llegado él para iluminarles.
¿Qué tiene de especial la pizza de Briatore?
Aquí es donde uno esperaría encontrar justificaciones como “ingredientes traídos de la Luna” o “mozzarella ordeñada de vacas que solo escuchan ópera”. Pero no, lo que Briatore vende es puro marketing y exclusividad.
🔹 La masa: Supuestamente más fina y ligera, aunque algunos clientes dicen que parece más un papel de arroz.
🔹 Los ingredientes: No se menciona nada fuera de lo común, pero debe tener algún condimento secreto llamado “precio inflado”.
🔹 El concepto: Según Briatore, su pizza es «de lujo», aunque sigue siendo una Margarita con tomate, queso y albahaca.
La «genialidad» según Briatore: publicidad gratuita
El italiano no se corta un pelo y ha dado una respuesta que haría sonrojar a cualquier relaciones públicas:
🗣️ «Sois unos envidiosos, os adoro porque me hacéis una publicidad buenísima. Yo soy un genio y vosotros no, esa es la diferencia.»
Aplausos. Nadie puede negar que el tipo sabe venderse. Su estrategia parece basarse en provocar indignación para que todo el mundo hable de él, aunque sea para ponerlo verde. Y oye, le está funcionando.
¿Quién en su sano juicio pagaría 17 euros por una Margarita?
Aquí es donde entran en juego los clientes con ganas de postureo. Porque en un mundo donde la gente paga 6 euros por un café con leche si viene en vaso bonito, ¿por qué no pagar 17 por una pizza normal y corriente si se sirve en un restaurante de moda?
Los defensores del precio argumentan que:
✔️ Es un restaurante «premium», no una pizzería cualquiera.
✔️ Los precios eran públicos, así que nadie debería sorprenderse.
✔️ Si puedes permitírtelo, cómpralo; si no, vete a otra pizzería.
Mientras tanto, los detractores responden con:
❌ Una Margarita sigue siendo una Margarita.
❌ No hay justificación real para ese precio más allá del ego del dueño.
❌ En Nápoles, pagar 17 euros por una Margarita es casi delito.
Conclusión: ¿Una pizza con trufa de oro o puro cuento?
El debate sigue servido, pero lo cierto es que Briatore ha conseguido lo que quería: todo el mundo habla de su pizza. Y como buen empresario, sabe que la polémica vende tanto como el queso fundido.
Ahora bien, la gran pregunta es: ¿Pagarías 17 euros por una Margarita si te la sirve un magnate con exceso de autoestima? 🤔
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