La misteriosa desaparición de estos insectos provocaría un caos y cuantiosas pérdidas #sosabejas.
Las abejas están desapareciendo misteriosamente desde el pasado 2006. Han pasado 10 años desde entonces y ahora el mundo entero sólo se pregunta una cosa: ¿Qué pasaría si no hubiera abejas? ¿Qué pasaría si las abejas desaparecieran?, ¿Sería el nuestro fin? Sin exagerar, estaría cerca de serlo.
Si las abejas desaparecieran, a la humanidad le quedarían cuatro años de vida”. Esta frase, que se atribuye a Einstein, puede ser un poco extrema, pero no deja de ser cierto que la desaparición de las abejas sí supondría un enorme reto para la humanidad: la biodiversidad, nuestra alimentación e incluso la economía se verían seriamente dañadas. Entonces…
Quienes se dedican a criar abejas para fines comerciales, los apicultores profesionales, aseguran que un tercio de ellas abandonaron sus colmenas, mientras otros aseguran que el 90% de sus abejas desaparecieron. La razón: desconocida, pero se cree que podría ser debido a la aparición de ácaros, virus o parásitos en sus colonias.
Sin embargo, algo mucho más creíble y que probablemente el mundo no quiere admitir es que bien podrían haber desaparecido debido a un insecticida. Los neonicotinoides serían usados para acabar con plagas en las cosechas, pero éste afectaría al sistema nervioso central de las abejas, ya que el insecticida permanece en las plantas de las que extraen néctar.
Luego, dicha sustancia es llevada a sus colmenas, sin saber realmente lo que transportan. Por consiguiente, las abejas de la colonia son afectadas y con ello su comportamiento natural. Todo esto, sin contar las temperaturas extremas, la poca diversidad de abejas comerciales que puedan hacer frente a los pesticidas y la poca diversidad de cultivos, también provocarían su desaparición.
¿Qué pasaría si no hubiera abejas? Estas serían algunas de las consecuencias según Greenpeace :
1. Adiós al equilibrio ecológico
La compleja red de la vida en la Tierra se vería profundamente afectada. Las abejas y otros insectos desempeñan una de las funciones más fascinantes y fundamentales para la vida tal como la conocemos: la polinización, pieza fundamental para que las especies vegetales sigan existiendo. Por supuesto, de ellas dependen enormes beneficios para el medio ambiente y los ecosistemas, lso llamados “servicios ecosistémicos”, como la manutención de la calidad del aire que respiramos y de un clima adecuado. Los frutos y semillas son a la vez la dieta exclusiva de innúmeras especies animales, que a su vez son el alimento de otras muchas especies.
2. Pérdida de biodiversidad
La biodiversidad es la mejor inversión de futuro, la mejor herramienta para enfrentarnos a los desafíos presentes y futuros e incluso el garante de la preservación de valores tan importantes para el bienestar pero a veces menospreciados como los valores estéticos. Pero su pérdida es una de las principales amenazas que sufre el planeta. Según la FAO, se estima que se pierde entre el 1 y el 10% de la biodiversidad cada década.
Además, las abejas solo por sí mismas ya representan una importante parte de la biodiversidad de nuestro planeta. En el mundo existen entre 25.000 y 30.000 especies de abejas y en España más de 1.000.
Por otro lado cerca del 90% de las plantas silvestres con flor dependen de los insectos polinizadores para existir. En algunos casos las relaciones de dependencia son tan extremas que una planta no existiría sin un insecto polinizador específico y viceversa.
3. Seguridad y diversidad alimentaria amenazada
La diversidad agrícola y de nuestra alimentación depende en gran medida de los insectos polinizadores. En Europa, el 84% de las 264 especies de cultivo y 4.000 variedades vegetales existengracias a la polinización por insectos, y algunos cultivos como la manzanas, los calabacines o los melocotones son totalmente inviables sin ella. Si los quisiéramos mantener polinizándolos manualmente, por ejemplo, se convertirían en un lujo.
Por supuesto, no sólo nuestra propia seguridad alimentaria se vería amenazada, sino tambiém la de muchos otros seres vivos.
Sin abejas, nos esperaría una dieta “aburrida” y “monocromática” pero, sobre todo, carente de nutrientes fundamentales para nuestra salud.
4. Ruptura de la hucha agrícola
Los servicios ecosistémicos reportan billones y billones de euros a la sociedad. La polinización por insectos supone para la agricultura a nivel mundial unos 265.000 millones de euros al año, para la europea unos 22.000 millones y para la española más de 2.400 millones. La repercusión que ello podría tener sobre el precio de los alimentos diarios es incalculable.
5. Amargo futuro
La miel sigue siendo el único edulcorante para muchas poblaciones humanas en el mundo, pero también el sostén de muchas familias que encuentran en sus excedentes una o la única forma de mejorar su economía familiar.
Pero incluso en España es una fuente de empleo verde y sostenible y también el sostén de muchas familias. Somos el país de la UE donde el sector apícola está más profesionalizado, y también el principal productor comunitario de miel y polen. ¿Te imaginas no poder disfrutar de una buena cucharada de miel de romero o de encina?
¿Qué pasaría si las abejas desaparecieran?
O mejor dicho, “qué no pasaría” si estos temidos insectos se extinguieran, siendo vitales para la reproducción de flores y otras plantas a través de la polinización. Ya que no habría medio para transportar polen de una planta a otra, se cancelaría la aparición de nuevos frutos y semillas. Ni siquiera el aire sería capaz de completar esta tarea, salvo algunas excepciones.
Las abejas, siendo animales polinizadores, ya no transferirían el polen y causarán pérdidas superiores a los actuales USD$200,000 millones de dólares en el sector agrícola mundial. Como son responsables del 70% de la producción de frutas, verduras, semillas y nueces, mucho de ello desaparecería y estaríamos condenados a comer maíz, trigo y arroz, polinizados por el viento.
¿Y la carne? Lamentamos decirte que las abejas también ayudan a la producción de almendros, cuyos frutos se usan para alimentar al ganado y las gallinas. Así como el alimento disminuiría, ambas especies lo harían casi proporcionalmente. Por si fuera poco, con ello también diríamos adiós a la leche, queso y huevos.
Entre otras cosas, ningún ser humano podrá disfrutar de un café polinizado por las abejas, condenándonos a tomar sólo agua. Tampoco volverás a usar prendas de algodón, a menos que sea una imitación. Así como lo ves, estos son sólo algunos ejemplos de lo que provocaría la desaparición de las abejas, como una “cadenita del caos”.
Quizá el mundo ahora no se lo toma muy en serio, pero ya hay campañas en internet que están promoviendo el cuidado de las abejas. Sólo imagina que un día este desastre se vuelve real y en menos de lo que podamos solucionarlo nos olvidaremos de la vida como la conocemos, sólo por los intereses de algunos.
¡Tenemos que proteger las abejas!
Lamentablemente, todo esto no es tan lejano. Las abejas se enfrentan a muchas amenazas, en gran medida debido a prácticas de agricultura industrial como el uso masivo de plaguicidas y los monocultivos. Sus poblaciones están en declive en casi todo el mundo, y algunas especies de abejas y otros insectos polinizadores se encuentran ya incluso al borde de la extinción.
¡Tenemos que proteger a las abejas! En Greenpeace vamos a seguir luchando por ellas, por nuestra alimentación y por la biodiversidad. Vamos a llevar tu firma ante todas las instituciones nacionales que sea necesario para impulsar una agricultura ecológica que respete a las abejas, al ser humano y a otros seres vivos; a seguir denunciando las compañías que causen daños a la biodiversidad; y a seguir investigando y trabajando para dar a conocer más la situación de las abejas.