Este es el resultado de un estudio del que se ha hecho eco la Iniciativa CORK, una agrupación de asociaciones e instituciones del sector del corcho en España, que destaca cómo, en términos de mercado, el 92% de los vinos vendidos en nuestro país están cerrados con tapón de este material.
En términos de cuotas de ventas por volumen, en España los vinos con tapón de corcho tuvieron una evolución del 7,9%, lo que se traduce en un 2,4% más que los vinos con otros cierres. Esta tendencia hace que se consolide una mayor preferencia entre los consumidores españoles hacia vinos cerrados con tapón de corcho frente a otros de tipo rosca.
La demostración de que este tipo de tapón como cierre aporta valor añadido al vino es una constante que se refleja también entre los principales mercados de exportación, como ya se anunciara esta primavera. Estados Unidos o China – cuyo consumo de vino se prevé que aumente mucho en los próximos años- son un ejemplo de ello, pero también otros más cercanos como Reino Unido, donde se estima que el tapón de corcho amplía hasta en 2$ la diferencia en los vinos de venta en supermercados (Nielsen, julio 2017) y 7$ en los bares y restaurantes (CGA, Julio 2017)
Según indica la Iniciativa Cork, en los últimos siete años el mercado americano refleja un aumento en ventas del 43% de los vinos con tapón de corcho ante un 16% los artificiales (Nielsen, junio 2017) y, en el caso de Reino Unido, desde 2015 las ventas de los vinos cerrados con tapón de corcho crecen un 48% frente al 10% de cierres artificiales en bares y restaurantes (CGA, julio 2017).
Joan Puig, presidente de la AECORK y portavoz de la Iniciativa Cork España considera que la asociación entre corcho y calidad se convierte en una herramienta estratégica para las bodegas y los vendedores y distribuidores de vino, pudiendo obtener mayores márgenes por una calidad que el mercado valora.