La cerveza es una bebida que entra muy bien, la acompañemos con lo que la acompañemos. Además, hay una gran variedad de ellas en el mercado, por lo que es fácil encontrar una que nos guste. Sin embargo, y pese a que nos encanta beberla fría, los expertos aconsejan no beberla nunca directamente de una jarra o copa helada.
Cuando nos sirven una cerveza en una copa helada, lo más probable es que no le encontremos el mismo sabor que tanto nos gusta. Otro motivo por nunca deberíamos tomar la cerveza de este modo es que, cuando la ponemos en un vaso helado, la espuma se ve alterada. Por ello, casi seguro que, al tomarla, vamos a notar pequeños grumos que, de seguro, no nos va a gustar mucho.
Por último, debemos tener en cuenta que, cualquier recipiente que pongamos en un congelador, va a coger un gusto raro. Esto se debe a que, en el congelador, tenemos una gran variedad de alimentos que desprenden olores. Aunque no nos demos cuenta, estos olores pasan a los recipientes y alteran sus propiedades. Por ello, cuando ponemos cerveza en un recipiente helado, nos daremos cuenta de que esta coge un olor y un sabor raro.
Por mucho que nos guste tomar la cerveza bien fresquita, debemos evitar tomarla de una jarra helada si no queremos que pierda su sabor y su textura. Por ello, lo más aconsejable es dejarla enfriar en el frigorífico o bien ponerla directamente al congelador unos minutos. De este modo, la tendremos como tanto nos gusta sin que esta pierda ninguna de sus propiedades.
Estas son las siete buenas razones para tomar cerveza
Siempre se ha dicho que tomar una cerveza al día es bueno y es que son muchos los beneficios que esta bebida nos aporta. De hecho, según National Geographic, hay siete buenas razones para tomar cerveza, aunque siempre con moderación:
Disminuye el riesgo de sufrir diabetes
Según un estudio de la Universidad de Harvard, la toma de una cerveza al día reduce el riesgo de padecer diabetes del tipo 2.
Ayuda a la digestión
Dadas las propiedades digestivas de la cerveza, esta nos ayuda a mejorar la digestión. Esto se deben a que la cerveza estimula la gastrina, el ácido gástrico y las enzimas pancreáticas. Además, tiene un alto contenido en fibra que mejora el estreñimiento.
Protege de ataques al corazón
Una investigación llevada a cabo en la Universidad de Scranto demostró que las cervezas oscuras y negras reducen los ataques del corazón, así como el riesgo de padecer aterosclerosis.
Reduce el riesgo de cálculos renales
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública en Helsinki, beber una botella de cerveza al día reduce el riesgo de padecer cálculos renales en un 40%.
Funciona como diurético
Al tener un gran contenido en potasio, la cerveza funciona como diurético eliminando las toxinas del cuerpo.
Evita el envejecimiento
Los antioxidantes naturales que encontramos en esta bebida reducen los efectos del envejecimiento en la piel y en el cuerpo en general. Además, al contener lúpulo, el envejecimiento celular se retrasa.
Fortalece los huesos
De acuerdo con los investigadores del Centro de Investigación de Nutrición Humana de la Universidad de Tufts, en Massachusetts, la cerveza ayuda a mejorar la densidad ósea debido su alto componente en minerales como el silicio, el magnesio y el fósforo.
Además de todos los beneficios para la salud mencionados, la cerveza también es una gran aliada a la hora de mitigar los síntomas de la menopausia.
De todos modos, es importante destacar que todos los investigadores y profesionales recomiendan un consumo moderado y responsable, pues el alcohol es una sustancia que puede tener efectos nocivos para la salud. De hecho, científicos de diferentes partes del mundo recomiendan un consumo de entre 20 y 40 gramos de alcohol al día, lo que corresponde a beber de medio litro a un litro al día.
La cerveza es una bebida de lo más versátil que podemos combinar con una gran cantidad de alimentos. Además, la podemos tomar con alcohol, sin alcohol, afrutada, etc. Hay mucha variedad de matices que podemos encontrar en esta bebida. De este modo, podremos consumirla sin aburrirla y disfrutar, de este modo, de todos los beneficios que esta nos aporta. Eso sí, recuerda dejarla enfriar en su propia botella o lata y no la bebas nunca en una jarra helada. Es la única manera en la que conserva todas sus propiedades y matices.