¿Sabías que existe una asociación para proteger el garrofó valencià? Se llama Associació de Productors del Garrofó Valencià, una entidad creada en 2019 con la finalidad de agrupar a los agricultores de la Comunitat Valenciana que apuestan por esta leguminosa autóctona y de poner en marcha una marca de calidad. El miembro de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y propietario de L’Horteta de Greta, David Bosch Langa, ha sido elegido nuevo presidente de esta entidad.
Este producto, estrella de la tradicional paella valenciana, está perdiendo fuerza frente al garrofón más consumido que llega congelado desde países terceros como Perú, Ecuador o La India, el cual se caracteriza por una textura más arenosa y un sabor menos intenso. Por eso el objetivo de la asociación es el de poner en valor las cualidades organolépticas de las variedades valencianas frente al garrofón foráneo.
El primer objetivo que plantea David Bosch, de hecho, en esta nueva etapa es profundizar en el estudio, la caracterización y la divulgación de las tres principales variedades autóctonas del ‘garrofó’: ‘pintat’ (pigmentado de rojo-morado), ‘de la cella’ (con marcas en un solo lado) y ‘ull de perdiu’ (llamado así porque popularmente se dice que se parece a los ojos de una perdiz).
Este joven agricultor releva en el cargo a Toni Montoliu, el afamado agricultor y gerente de la Barraca de Montoliu en plena huerta valenciana, que pasa a ser vocal. La junta directiva también está compuesta por Regina Monsalve –presidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Valencia y Castellón (COITAVC)–, Salvador Soler –profesor de Biotecnología de la Universitat Politècnica de València (UPV)–, Ángela Gimeno y Félix Gimeno (Generalitat Valenciana).
A través de este trabajo de promoción, en el que ya está colaborando la Estación Experimental Agraria de Carcaixent, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la UPV, la asociación busca también crear una marca de calidad, y posteriormente una Denominación de Origen Comunitat Valenciana, en aras de dignificar este producto autóctono y facilitar a los consumidores su identificación en los lineales de los puntos de venta.
El ‘garrofó valencià’ ha reducido más de un 75% la superficie cultivada en los últimos tiempos a causa de las dificultades para competir por costes con las importaciones foráneas y de las elevadas exigencias que requiere el cultivo. Por ello, agricultores, cocineros y personas preocupadas por la pérdida de esta legumbre han decidido impulsar esta iniciativa de carácter promocional y divulgativo.